La acción de los omega-3 reduce el riesgo de desarrollar Alzheimer
Enfermedad de Alzheimer: menos riesgo gracias a los suplementos de Omega 3
Consumir grandes cantidades de alimentos ricos en Omega 3 puede reducir en un 20-30% los niveles de Aβ42, la forma de proteína beta-amiloide responsable de la enfermedad de Alzheimer. Así lo demuestra un estudio publicado en Neurology, realizado por un equipo de investigadores dirigido por Nikolaos Scarmeas, del Centro Médico de la Universidad de Columbia, en Nueva York (EE UU). Los resultados obtenidos en esta nueva investigación confirman lo que otros estudios habían sugerido: el papel potencial de estos ácidos grasos en la prevención o el retraso de la enfermedad de Alzheimer.
¿Qué es la proteína beta-amiloide?
La causa del desarrollo de los síntomas del Alzheimer es una destrucción de las neuronas que impide la correcta transmisión de los impulsos nerviosos. Uno de los principales factores de este fenómeno es la acumulación de la proteína beta-amiloide. Esta molécula se deposita entre las neuronas y forma fibras y placas responsables de la muerte de las células cerebrales. Sin embargo, esta proteína no fue inventada por la naturaleza para impedir el funcionamiento del sistema nervioso. La beta-amiloide también desempeña otras funciones importantes en el organismo:
- regulación del transporte de colesterol
- defensa contra el estrés oxidativo
Las células pueden producir diferentes formas de beta-amiloide. De ellas, la denominada Aβ42 es la que tiene mayor tendencia a formar fibras. No sólo eso, algunas mutaciones asociadas a la aparición temprana del Alzheimer aumentan la producción de Aβ42.
Prevenir el Alzheimer: el papel de la dieta
Hasta la fecha, no se ha identificado ningún tratamiento que pueda prevenir de forma fiable el desarrollo de la enfermedad. Varios estudios sugieren que ciertos cambios en el estilo de vida se asocian a una menor probabilidad de padecer la enfermedad. También se incluyen algunos cambios dietéticos, como un mayor consumo de Omega-3. Scarmeas y sus colegas basaron su investigación en la hipótesis de que el vínculo entre la ingesta de ciertos nutrientes y las capacidades cognitivas de un individuo también podría estar mediado por la proteína beta-amiloide. Por lo tanto, los investigadores evaluaron la asociación entre los niveles plasmáticos de la proteína y la ingesta de:
- ácidos grasos saturados
- Omega-3
- Omega-6
- ácidos grasos monoinsaturados
- vitamina E
- vitamina C
- beta-caroteno
- vitamina B12
- folato
- vitamina D
En el análisis participaron 1.219 individuos mayores de 65 años que no mostraban síntomas de demencia. El estudio demostró que el consumo de alimentos ricos en omega-3 se asociaba a una reducción del 20-30% de los niveles de Aβ42 en sangre.
Omega-3, una acción directa sobre las proteínas
Los datos de esta investigación sugieren que los beneficios asociados al consumo de Omega-3 pueden explicarse, al menos en parte, por la alteración de los niveles de beta-amiloide. Investigaciones posteriores establecerán si la reducción de las concentraciones de la proteína en la sangre se corresponde con una disminución también en el cerebro.