El omega-3 protege contra las lesiones cerebrales y preserva las fibras nerviosas
Los omega-3 en altas concentraciones tienen un efecto protector sobre el cerebro de las personas mayores. Los niveles elevados de DHA (ácido docosahexanoico), EPA (ácido eicosapentaenoico) y DPA (ácido docosapentaenoico) parecen reducir el riesgo de ictus silenciosos, pequeñas lesiones causadas por la falta de flujo sanguíneo, y confieren mayor estabilidad a las fibras nerviosas que componen la sustancia blanca.