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Omega-3 y salud cardiovascular: ¿qué hay de nuevo?
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La reputación del omega 3 como aliado de la salud cardiaca tiene sus raíces en estudios realizados hace 50 años, cuando se justificó la menor incidencia de problemas cardiovasculares en las poblaciones inuit que vivían en Groenlandia por una dieta rica en estas grasas. Desde entonces, las investigaciones sobre el tema se han multiplicado. Las investigaciones sobre los efectos de las grasas omega 3 presentes de forma natural en los alimentos se han complementado con otras sobre los beneficios de tomar suplementos que contienen dosis más o menos elevadas de estas grasas.
En la práctica clínica, se utilizan en el control de los niveles de triglicéridos en sangre, que es también el principal uso de los suplementos de Omega 3 de origen marino (EPA -ácido eicosapentaenoico- y DHA -ácido docosahexaenoico-). En el caso de los suplementos, este uso está respaldado por dos declaraciones de propiedades saludables aprobadas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA):
- "El DHA contribuye a mantener niveles normales de triglicéridos en sangre";
- "El DHA y el EPA ayudan a mantener niveles normales de triglicéridos en sangre.
Junto a éstas, otras alegaciones autorizadas por la EFSA respaldan la utilidad de una ingesta adecuada de Omega 3 para la salud cardiovascular:
- El DHA y el EPA contribuyen a una función cardiaca normal";
- "El DHA y el EPA ayudan a mantener una presión arterial normal;
- "El ALA [ácido alfa-linolénico, precursor del EPA y el DHA, ed.] ayuda a mantener las concentraciones normales de colesterol en sangre".
Eficacia bajo la lupa
Hace relativamente poco, el debate sobre la eficacia de los tratamientos a base de Omega 3 para la reducción de los Principales Acontecimientos Cardiovasculares Adversos (MACE) se ha animado con la publicación de los resultados de dos estudios aleatorizados, controlados con placebo y a doble ciego realizados en grandes grupos de individuos con alto riesgo cardiovascular sometidos a tratamiento con estatinas: el Reduction of Cardiovascular Events with Icosapent Ethyl-Intervention Trial (REDUCE-IT), del que se desprende la eficacia del tratamiento; y el Statin Residual Risk with Epanova in High Cardiovascular Risk Patients with Hypertriglyceridemia trial (STRENGTH), según el cual, en cambio, la ingesta de Omega 3 no produciría efectos significativos en términos de reducción de los MACE.
Esta discrepancia en los resultados podría depender de la diferente formulación de los suplementos utilizados (en el caso de REDUCE-IT, EPA en forma de éster etílico; en el caso de STRENGTH, EPA y DHA en forma de ácidos carboxílicos). Tampoco puede descartarse que fuera la naturaleza del control (aceite mineral en el primer caso, aceite de maíz en el segundo) la que determinara las diferencias observadas.
Y, para ser justos, ni siquiera los resultados de STRENGTH refutan totalmente la hipótesis de los beneficios del Omega 3 en términos de reducción del riesgo cardiovascular: un análisis de la subpoblación asiática (correspondiente al 10% de la muestra) muestra efectos favorables a pesar de que el estudio se interrumpió antes de lo esperado. Es más, los participantes de la región de Asia y el Pacífico también consiguieron una mayor reducción del riesgo en REDUCE-IT; aunque el pequeño tamaño de la muestra no permite considerar los datos estadísticamente significativos, es evidente que también hay que tener en cuenta factores de confusión individuales como la etnia.
Otras, nuevas perspectivas
Junto a este debate, que ya dura algún tiempo, también hay reflexiones desde nuevas perspectivas. En concreto, en un artículo publicado en Nutrients en diciembre de 2024, un grupo de expertos de la Università Cattolica del Sacro Cuore y del Policlinico Universitario Agostino Gemelli de Roma estudió el efecto del Omega 3 sobre la fluidez de la membrana eritrocitaria.
Este último es un posible factor de riesgo cardiovascular. El mal funcionamiento de la membrana puede tener consecuencias indeseables en términos de aterosclerosis; los mismos beneficios que se desprenden de REDUCE-IT podrían depender de las mejoras en la fluidez de la membrana eritrocitaria debidas a la incorporación de EPA. De hecho, parece que sólo este Omega 3 (y no el DHA) mejora este parámetro, lo que también justificaría las diferencias entre los resultados de REDUCE-IT y STRENGTH.
Riesgo de fibrilación auricular
Por último, merece la pena reflexionar sobre lo que ha surgido en relación con la asociación entre la toma de suplementos de Omega 3 y el riesgo de fibrilación auricular. En una nota informativa acordada con las autoridades reguladoras europeas, la Agencia Italiana del Medicamento (AIFA) informó a los profesionales sanitarios de la necesidad de interrumpir el tratamiento con medicamentos a base de ésteres etílicos de Omega 3 si aparecen síntomas de esta afección.
Para muchos, esta advertencia ha sido una oportunidad para agitar el debate sobre la utilidad y seguridad de los productos Omega 3, generalizándolo. Sin embargo, la lectura de la nota revela detalles importantes:
- El aumento del riesgo depende de la dosis y es mayor a dosis (4 g/día) superiores a las utilizadas normalmente por quienes toman suplementos de Omega 3 (250 mg/día para favorecer la función cardiaca, 2 g/día para controlar los triglicéridos y 3 g/día para controlar la tensión arterial);
- el aumento del riesgo afecta a "pacientes con enfermedades cardiovasculares establecidas o factores de riesgo cardiovascular";
- El aumento del riesgo se ha observado tras la ingesta de Omega 3 en forma de ésteres etílicos; muchos de los suplementos de alta calidad que se comercializan actualmente proporcionan Omega 3 en otras formas (triglicéridos, triglicéridos reesterificados o fosfolípidos).
Aliados de la salud cardiovascular con beneficios específicos
La conclusión a la que se puede llegar con la información disponible hoy en día es que los Omega 3 son un aliado de la salud cardiovascular con efectos pleiotróficos sobre el sistema cardiovascular. Estos efectos se materializan en beneficios que pueden depender específicamente de factores relativos tanto a la forma en que se toman como a las características individuales de quienes los toman (como la etnia o la frecuencia cardiaca en reposo).
La amplia disponibilidad de pruebas científicas, recopiladas a lo largo de décadas, hace posible y obliga a una valoración no superficial de los posibles beneficios para la salud cardiovascular de la ingesta de suplementos de Omega 3. Su principal uso es, sin duda, el control de los niveles de triglicéridos en sangre, cuyos beneficios están avalados por estudios como REDUCE-IT y pueden maximizarse teniendo en cuenta las peculiaridades de cada caso clínico, peculiaridades que también deben considerarse a la hora de evaluar los posibles riesgos asociados al tratamiento. La optimización de la dosificación y la elección de las formulaciones más adecuadas pueden contribuir aún más a la eficacia y la seguridad de la suplementación.
Descubra las últimas investigaciones sobre los beneficios del Omega 3 para la salud cardiovascular leyendo el blog de Omegor.
Referencias bibliográficas
Aifa. Nota informativa 8 de noviembre de 2023
Capece U, Gugliandolo S, Morciano C, Avolio A, Splendore A, Di Giuseppe G, Ciccarelli G, Soldovieri L, Brunetti M, Mezza T, Pontecorvi A, Giaccari A, Cinti F. Erythrocyte Membrane Fluidity and Omega-3 Fatty Acid Intake: Current Outlook and Perspectives for a Novel, Nutritionally Modifiable Cardiovascular Risk Factor. Nutrients. 2024 Dic 14;16(24):4318. doi: 10.3390/nu16244318
Comisión Europea. Base de datos del portal de información sobre alimentos and piensos. Última consulta 14/01/25
Khan SU, Lone AN, Khan MS, Virani SS, Blumenthal RS, Nasir K, Miller M, Michos ED, Ballantyne CM, Boden WE, Bhatt DL. Effect of omega-3 fatty acids on cardiovascular outcomes: A systematic review and meta-analysis. EClinicalMedicine. 2021 Jul 8;38:100997. doi: 10.1016/j.eclinm.2021.100997
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Zhang W, Gan D, Huo S, Chen P. Unraveling the discrepancies between REDUCE-IT and STRENGTH trials with omega-3 fatty acids: new analytical approaches. Front Nutr. 2024 dic 19;11:1490953. doi: 10.3389/fnut.2024.1490953