Control del colesterol y los triglicéridos: ¿son útiles los omega-3?

Los triglicéridos son el principal constituyente de las grasas animales y vegetales. En el torrente sanguíneo, las grasas son transportadas por lipoproteínas, grandes complejos compuestos de proteínas y moléculas de grasa. El colesterol y los triglicéridos viajan en la sangre dentro de estos complejos.

La causa de la aterosclerosis

El hígado transforma en triglicéridos las grasas, los azúcares y las proteínas de la dieta que se consumen por encima de las necesidades energéticas inmediatas.

Se transportan desde el torrente sanguíneo a todos los distritos corporales: a las células grasas, donde se depositan, o a otras células, donde se utilizan como "combustible".

Por tanto, una cierta cantidad de triglicéridos en el suero es normal, incluso esencial. Sin embargo, una acumulación es deletérea: un nivel elevado de triglicéridos en sangre se considera uno de los principales factores de riesgo cardiovascular. Por este motivo, existe un gran interés por los componentes de la dieta que pueden influir en los niveles de triglicéridos.

Los omega-3 reducen los triglicéridos

El exceso de triglicéridos y colesterol en la sangre puede controlarse con ácidos grasos omega-3 de cadena larga.

Este hecho ha sido ampliamente documentado por numerosos estudios. Por omega-3 de cadena larga entendemos algunos omega-3 concretos:el ácido eicosapentaenoico (EPA) y elácido docosahexaenoico (DHA).

Sus fuentes casi exclusivas son el aceite y la grasa de pescado. Son precisamente estas moléculas las que pueden tener efectos importantes sobre nuestra salud debido a su eficacia para reducir los triglicéridos y el colesterol no HDL.

Una dieta rica en Omega-3 EPA y DHA tiene un efecto importante sobre el metabolismo de las grasas, ya que provoca una disminución de los triglicéridos tanto en ayunas como después de las comidas.

Estos datos se confirmaron tanto en voluntarios sanos como en personas con hipertrigliceridemia, un trastorno patológico caracterizado por un exceso de triglicéridos en la sangre.

La dosis mínima de omega-3 EPA y DHA necesaria para conseguir un efecto tangible sobre los triglicéridos es de 1 gramo al día, la cantidad que se consumiría de una dieta rica en pescado azul. La comparación de diversos estudios clínicos realizados en seres humanos permitió extraer conclusiones aún más precisas.

El consumo de 3-4 gramos al día de EPA + DHA puede conducir a una reducción del 25-45% de los triglicéridos en sangre. Esto se confirma en los sujetos con un nivel inicial elevado de triglicéridos en sangre, mientras que la reducción es menos significativa en los sujetos sanos. 

 

El aumento del colesterol HDL

El consumo de omega-3 también influye en la composición lipoproteica total, en particular contribuye a aumentar el colesterol "bueno" (HDL), mejorando así el perfil de riesgo cardiovascular.

Algunos estudios clínicos se han centrado en las mujeres, con un desglose por grupos de edad. En la menopausia, el consumo de 2,4 gramos de EPA y 1,6 gramos de DHA reduce en un 26% los niveles plasmáticos de triglicéridos y en un 28% la relación triglicéridos/colesterol HDL.

Este informe es muy importante para la prevención de la cardiopatía coronaria, ya que proporciona información fiable sobre el perfil de riesgo cardiovascular.

Reducir el riesgo cardiovascular

La reducción del cociente TG/HDL podría significar una clara prevención de enfermedades cardiacas para el 27% de las mujeres del estudio. En cambio, no se observaron cambios debidos a la terapia hormonal sustitutiva. Se obtuvieron datos similares en un grupo de mujeres en edad fértil.

Un estudio clínico realizado en niños hiperlipidémicos demostró que el consumo diario de 1,2 gramos de DHA aumentaba la síntesis de lipoproteínas antiaterogénicas (HDL), conocidas como colesterol "bueno".

Estos inhiben la formación de placas fibrosas en la pared arterial, placas que causan aneurismas o episodios trombóticos, y reducen significativamente la síntesis de lipoproteínas aterogénicas (LDL).

Un estudio reciente ha demostrado que tomar suplementos nutricionales (aceite de pescado, salvado, esteroles vegetales) en combinación con ejercicio regular puede reducir las concentraciones de colesterol total en un 8-26%, pero más marcadamente las de LDL (8-30%) y triglicéridos (12-39%), al tiempo que aumenta el colesterol HDL en un 2-8%.