Omega-3 en las enfermedades cardiovasculares

Los omega-3 reducen la mortalidad cardiovascular incluso cuando se toman en dosis bajas, inferiores a las que reducen los niveles de colesterol en sangre. 

 

Así lo demuestran varios estudios de población, en los que se encontró una asociación entre el consumo regular de pescado y una reducción del riesgo de morir por un evento cardiovascular, que puede incluso reducirse a la mitad.

 

 

 

 

 

 

Prevención para un corazón sano

 

 

Varios estudios clínicos han confirmado laacción cardioprotectora del Omega-3.

 

En concreto, el estudio Physician's Health Study demostró que, en individuos que nunca han padecido una enfermedad cardiaca, el riesgo de muerte súbita por eventos cardiovasculares se reduce en un 81% si las concentraciones de Omega-3 en sangre son elevadas.Del mismo modo, el estudio MRFIT (Multiple Risk Factor Intervention Trial) descubrió que, de nuevo en individuos que nunca habían padecido una enfermedad cardiaca, un consumo diario de Omega-3 superior a 0,7 gramos reducía el riesgo de enfermedad coronaria en un 40%.

 

 

 

 

Ventajas para quienes han sufrido un infarto

 

Pero los efectos protectores del Omega-3 también afectan a quienes ya han sufrido un infarto. Esta vez lo ha demostrado un estudio totalmente italiano, realizado por el GISSI (Grupo Italiano para el Estudio de la Supervivencia en el Infarto de Miocardio) y publicado en la prestigiosa revista The Lancet.

 

Los autores de esta investigación siguieron a 11.000 pacientes durante más de tres años y medio. El análisis de los datos recogidos demostró que complementar la dieta mediterránea con una dosis diaria de unos 900 miligramos de Omega-3 EPA y DHA reducía la mortalidad global en un 20%. Y no sólo eso, la mortalidad por enfermedades cardiovasculares se reduce en un 30%, y la mortalidad por muerte súbita hasta en un 45%.

 

Los resultados obtenidos por los investigadores del GISSI confirmaron las conclusiones de otro estudio, el DART (Diet and Reinfarction Trial). Este último, en el que participaron más de 2.000 hombres, demostró que en los consumidores habituales de pescado la mortalidad por cardiopatías se reducía en un 29%.

 

 

 

 

Pescado y suplementos, 2 valiosas fuentes de Omega-3

 

En general, diversas investigaciones han demostrado que los Omega-3 introducidos en forma de pescado, aceite de pescado, ácido alfa-linoleico u otras formas de estos valiosos ácidos grasos reducen el riesgo de muerte súbita cardiaca, así como la tasa de mortalidad debida a enfermedades del corazón.

 

Sin embargo, la presencia de contaminantes ambientales, como el metil-mercurio, en el pescado puede atenuar o incluso invertir el efecto protector del Omega-3 sobre la salud cardiovascular.

 

Por eso se prefieren fuentes seguras de estos ácidos grasos, como el aceite de pescado purificado o los extractos de algas.