Síntomas de depresión: ¿ayudan los Omega-3?

El conjunto de datos recogidos a lo largo de muchos años de experimentación ha conducido a la hipótesis de que el consumo irregular de Omega-3 y la alteración del metabolismo de los ácidos grasos esenciales (Omega-3 y Omega-6) pueden contribuir al desarrollo de las principales formas conocidas de depresión .

 

No sólo eso, varios estudios sugieren que el Omega-3 puede ser útil para tratar los síntomas de la depresión.

 

Los primeros indicios de una relación entre la función de estos ácidos grasos en el cuerpo humano y esta patología se remontan a la década de 1990, cuando una serie de investigaciones demostraron una estrecha correlación entre los estados depresivos y los bajos niveles de omega-3.

 

De hecho, en las personas que sufren depresión, las reservas de estos ácidos grasos son menos abundantes de lo normal.

 

En concreto, un estudio realizado en el Hospital Base de Rockhampton (Australia), publicado en la revista Lipids, demostró que cuanto más pobres son estas reservas, más graves son los síntomas de la depresión.

 

Según una investigación publicada en 1998 en Biological Psychiatry, una proporción alterada de ácidos grasos Omega-3 y Omega-6 y una menor cantidad de Omega-3 en el plasma sanguíneo se asocian a una depresión grave.

 

En años posteriores, otro estudio demostró que, en la vejez, la composición en ácidos grasos de los fosfolípidos de la sangre está estrechamente relacionada con los trastornos del estado de ánimo y los posibles estados depresivos.

 

 

 

 

Mangcomer bien para sentirse mejor

 

 

En apoyo de estos hallazgos iniciales llegaron datos de otras investigaciones que estudiaron el papel de unadieta rica en Omega-3 en la mejora del estado de ánimo.

 

Ya en 1998, el Journal of Nutrition publicaba los resultados obtenidos por investigadores del Laboratoire de Biophysique Medicale et Pharmaceutique de Tours (Francia), quienes comprobaron que en ratas, el Omega-3 tomado en forma de aceite de pescado favorecía la actividad de la dopamina, una molécula que regula el estado de ánimo. 

 

Ese mismo año, expertos de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) demostraron que una dieta rica en estos ácidos grasos se asocia a una menor tendencia a mostrar síntomas de depresión

 

Por último, amplios estudios realizados en Finlandia y los Países Bajos han confirmado que cuanto más rica es la dieta en Omega-3, menor es la probabilidad de sufrir depresión.

 

 

 

Omega-3 para el tratamiento de la depresión

 

Pero los primeros en demostrar la eficacia real del Omega-3 para mejorar el equilibrio emocional fueron los investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard, en Boston (EE UU).

 

En este caso, Andrew Stoll y sus colegas buscaban un método para tratar el síndrome bipolar, también conocido como síndrome maníaco-depresivo, un trastorno particular en el que se alternan episodios graves de depresión con periodos de intensa euforia.

 

El fármaco de elección para el tratamiento de este trastorno es el litio. Sin embargo, este remedio provoca efectos secundarios tóxicos y graves.

 

Buscando una alternativa menos dañina, Stoll decidió probar la eficacia de los omega-3 EPA y D HA contenidos en el aceite de pescado. Para ello, administró a un grupo de pacientes 9 gramos diarios de EPA y DHA, respectivamente, en una proporción de 1 a 1,5. Como control, otro grupo de pacientes tomó aceite de oliva, que no contiene Omega-3.

 

Tras sólo cuatro meses de tratamiento, se interrumpió el estudio: los beneficios mostrados por los pacientes que tomaban EPA y DHA eran tan grandes que resultaba éticamente inaceptable seguir dando al grupo de control sólo aceite de oliva.

 

De hecho, en aquellos que fueron tratados con aceite de pescado, los síntomas de la enfermedad tendieron a estabilizarse, mientras que los demás pacientes mostraron un marcado empeoramiento del estado clínico. Y sólo en un caso se produjo una recaída después detomar Omega-3.

 

Los resultados obtenidos por los investigadores de Harvard han sido confirmados por estudios posteriores.

 

En concreto, científicos de la Universidad Ben Gurion del Néguev en Beer-Sheva (Israel) compararon la eficacia en el tratamiento de la depresión de un extracto purificado de aceite de pescado compuesto de EPA puro con la de una dosis equivalente de aceite de oliva.

 

Los pacientes que participaron en este estudio mostraron signos de recaída a pesar de haber sido tratados con un antidepresivo. En menos de tres semanas, más de la mitad de los pacientes tratados conaceite de pescado mostraron una reducción de al menos el 50% de los síntomas.

 

Poco después, investigadores del Hospital Swallownest Court de Sheffield (Reino Unido) llegaron a la misma conclusión.

 

Los resultados del estudio que publicaron en Archives of General Psychiatry les llevaron a concluir que los Omega-3 pueden mejorar toda una serie de síntomas característicos de la depresión:

 

  • tristeza
  • falta de energía
  • estados de ansiedad
  • insomnio
  • disminución de la libido
  • tendencia suicida

 

Por último, la eficacia de los Omega-3 también se ha extendido al tratamiento de los trastornos psicológicos típicos de las mujeres que, debido a un estado de ánimo cambiante y emociones a menudo incontrolables, tenían relaciones afectivas complicadas.

 

Expertos del Hospital McLean de Belmont (EE.UU.) demostraron que ocho semanas de tratamiento con suplementos dietéticos de Omega-3 ricos en EPA bastaban para que el estado de ánimo de estos pacientes fuera más estable y tendiera a ser más positivo.

 

No sólo eso, el tratamiento también redujo la agresividad de las mujeres que tomaban Omega-3.

 

 

 

 

Ayudar al estado de ánimo de madres e hijos

 

Sin embargo, algunas investigaciones se han centrado en los beneficios del Omega-3 en el tratamiento de los estados depresivos que pueden acompañar o seguir al embarazo. 

 

Durante el embarazo, las futuras madres transfieren selectivamente DHA al feto para garantizar el correcto desarrollo del sistema nervioso. Esto significa que sin una ingesta dietética adecuada de ácidos grasos omega-3, las nuevas madres corren un alto riesgo de sufrir síntomas depresivos en el periodo postnatal. 

 

Partiendo de estas premisas, los investigadores del Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol and Alcoholism en Rockville (EE.UU.) han demostrado que un menor contenido en DHA y un menor consumo de marisco predicen el riesgo de depresión posparto

 

Estos resultados fueron confirmados por científicos holandeses del Centro Médico Universitario de Rotterdam, que demostraron que en las mujeres que sufren trastornos depresivos tras el parto la disponibilidad de DHA es menor.

 

Y los beneficios no son sólo para la madre, sino también para los hijos. Un estudio de la Universidade Federal do Paraná en Curitiba (Brasil) demostró que se puede conseguir un efecto antidepresivo inicial mediante el consumo regular de pescado y aceite de pescado por parte de la madre durante el embarazo y la lactancia.

 

De hecho, estos aumentan las concentraciones de EPA y DHA en 2 zonas específicas del cerebro, el córtex y el hipocampo, disminuyendo la tendencia de la descendencia a sufrir depresión.

 

 

 

 

Beneficios generales para el estado de ánimo

 

El conjunto de datos recogidos a lo largo de los años demuestra que los ácidos grasos Omega-3 pueden ser eficaces en la prevención, el control y el tratamiento de diversos trastornos psiquiátricos.

 

Pueden ir desde simples cambios de humor a estados depresivos posparto, pasando por comportamientos agresivos inducidos por el estrés, daños neurológicos y deficiencias visuales causados por el alcohol, hasta enfermedades graves como la esquizofrenia y la demencia.