Alimentación

Inflamación: el aceite de pescado reduce un 16% los niveles de proteína C reactiva

Suplementos de Omega 3: con su fuerte acción antiinflamatoria, reducen en un 16% los niveles de proteína C reactiva.

El consumo regular de aceite de pescado contrarresta la inflamación reduciendo los niveles de proteína C reactiva -una molécula del sistema inmunitario producida en grandes cantidades por el hígado precisamente cuando hay inflamación- en un 16%, actuando de forma similar a las estatinas, los fármacos de elección para controlar el riesgo cardiovascular. Así lo revela un estudio del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson y de la Universidad de Washington en Seattle (EE.UU.) publicado en el American Journal of Epidemiology, que confirma el potencial del uso de este suplemento para proteger contra los fenómenos inflamatorios. Según los autores, esta nueva investigación, en la que han participado nada menos que 9.947 individuos, aporta una explicación biológica más de los efectos protectores del aceite de pescado contra las enfermedades crónicas, demostrados por los resultados de numerosos estudios científicos.



El pescado como arma contra la inflamación

La acción antiinflamatoria del aceite de pescado se basa en algunos de sus componentes clave, los ácidos grasos omega-3. Estas últimas se consideran moléculas esenciales para el organismo. Esto significa que el cuerpo humano no puede sintetizarlas por sí mismo, sino que siempre necesita disponer al menos de su precursor, el ácido alfa-linolénico (ALA). Sin embargo, por desgracia, la capacidad del organismo para sintetizar los dos Omega-3 que necesita(EPA -ácido eicosapentaenoico- y DHA -ácido docosahexaenoico-) a partir del ALA es limitada. Por este motivo, la mejor estrategia para garantizar unos niveles adecuados de estas grasas esenciales es elegir fuentes que contengan EPA y DHA como tales. Entre ellos se encuentran el pescado azul y el aceite derivado de él.



Corazón, pero no sólo

Una vez en el organismo, los omega-3 participan en muchos procesos diferentes. Entre ellas, la síntesis de moléculas que participan en la inflamación. En comparación con otras grasas, los omega-3 favorecen la acumulación de moléculas que contrarrestan los procesos inflamatorios. Precisamente en esta acción se basan algunos de los efectos protectores de estos ácidos grasos, tanto en el sistema cardiovascular como en otros tejidos, por ejemplo en los intestinos. Esta acción suya es muy interesante desde el punto de vista clínico. Los autores de la investigación señalaron que el elevado número de enfermedades a las que se asocia la inflamación, incluido el cáncer, impulsa constantemente la búsqueda de formas tan eficaces como seguras de contrarrestarla. Esta es precisamente la razón por la que el aceite de pescado es un excelente candidato para desempeñar el papel de remedio contra la inflamación. Los estudios realizados hasta la fecha han demostrado que no sólo previene enfermedades, sino que también es segura para la salud.



Confirmación continua

En el mismo estudio también se analizaron otros suplementos dietéticos. Sólo la glucosamina y la condroitina, recomendadas en casos de artrosis, mostraron un efecto sobre los niveles de proteína C reactiva. Por lo demás, los resultados obtenidos por los investigadores de Seattle no hacen sino confirmar el potencial antiinflamatorio del aceite de pescado y profundizar en el conocimiento de los mecanismos por los que el Omega-3 protege la salud.



Fuente Kantor ED, Lampe JW, Vaughan TL, Peters U, Rehm CD, White E, 'Association between use of specialty dietary supplements and C-reactive protein concentrations', Am J Epidemiol. 2012 Dic 1;176(11):1002-13. doi: 10.1093/aje/kws186