Sistema nervioso

Una dieta sana protege a las mujeres de la ansiedad y la depresión. He aquí cómo

La nutrición previene la ansiedad y la depresión en las mujeres

Una dieta rica en vitaminas del grupo B, omega 3 y antioxidantes ayuda a proteger la salud mental y el bienestar. Esta relación es especialmente evidente en las mujeres que siguen fielmente unas pautas alimentarias saludables, en las que se ha detectado un 49% menos de probabilidades de padecer ansiedad y un 45% menos de depresión, en comparación con las que no siguen una dieta sana. Del mismo modo, los jóvenes de hasta 40 años con hábitos alimentarios correctos tienen un riesgo reducido de padecer trastornos de ansiedad y depresión en más de un 50%.

Esta es la conclusión de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Isfahan (Irán) y publicado recientemente en el British Journal of Nutrition.


La ansiedad y la depresión están relacionadas con el estilo de vida


Trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad representan importantes problemas de salud pública en todo el mundo. La depresión afecta negativamente al estado de salud, la calidad de vida y la capacidad laboral, y contribuye a muchas discapacidades, enfermedades crónicas y mortalidad. El trastorno de ansiedad también suele ir acompañado de síntomas somáticos como fatiga, pérdida de energía, sensación de decaimiento o agitación. La etiología de la depresión y la ansiedad no se conoce del todo, pero varios factores ambientales, psicológicos y genéticos pueden contribuir a estas afecciones. 


Algunos elementos de riesgo que pueden modificarse cambiando el estilo de vida, como la obesidad, la inactividad física, el tabaquismo y la mala alimentación, parecen estar asociados a los trastornos mentales. Varios estudios han examinado los elementos modificables del estilo de vida relacionados con algunas enfermedades mentales, pero la mayoría se han centrado en la relación de un único comportamiento erróneo, en lugar de con el estilo de vida en su conjunto. En cambio, una investigación de la famosa National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES) examinó las asociaciones entre el comportamiento dietético, la actividad física y el hábito de fumar como factores de riesgo independientes para la depresión.


Los resultados revelaron una relación dosis-respuesta entre la aparición simultánea de estas actitudes y los síntomas depresivos, aunque no se tuvieron en cuenta la obesidad y la angustia psicológica, dos de los principales factores de riesgo de los trastornos mentales. Algunas investigaciones previas han mostrado una asociación protectora entre la adherencia a pautas alimentarias saludables y los trastornos mentales en naciones occidentales, mientras que los datos son escasos para otras zonas del mundo como Oriente Medio, donde debido a factores culturales las mujeres realizan menos actividad física que los hombres.


Alimentación sana: quienes la siguen sufren menos trastornos mentales


En el nuevo estudio, los investigadores examinaron la asociación entre el cumplimiento de las directrices iraníes sobre alimentación sana, medido por el Índice de Alimentación Saludable Alternativo (AHEI-2010), y la prevalencia de ansiedad y depresión en adultos sanos. El índice AHEI-2010 evalúa la "salubridad" de una dieta, medida teniendo en cuenta la ingesta de 11 grupos de alimentos y nutrientes: fruta, verdura, cereales integrales, legumbres, frutos secos y omega-3 (DHA y EPA), alcohol, bebidas azucaradas y zumos de fruta, carne roja y procesada, grasas saturadas y sal. Los resultados mostraron que una mayor adherencia al AHEI-2010 se asociaba con menores tasas de ansiedad y depresión, especialmente en las mujeres, para las que se demostró un 49% menos de probabilidades de padecer ansiedad y un 45% menos de sufrir depresión, y en los jóvenes de hasta 40 años, que mostraron un 58% y un 51% menos de riesgo de padecer los dos trastornos mentales comunes, respectivamente. 


Las vitaminas del grupo B, las moléculas antioxidantes y los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 están potencialmente implicados en el bienestar mental, según unos investigadores. Los autores de la investigación plantearon varias hipótesis para explicar el vínculo entre una dieta sana y una mejor salud mental: el alto contenido en folato y otras vitaminas del grupo B, y en antioxidantes, podría reducir el daño de las neuronas causado por los radicales libres (estrés oxidativo). Además, otro posible mecanismo neuroprotector podría deberse a los altos niveles de omega-3 del pescado graso, de acuerdo con otros estudios realizados en los últimos años.


En concreto, las propiedades antiinflamatorias de algunos de los alimentos incluidos en el AHEI-2010 podrían reducir las concentraciones de sustancias, las monoaminas, presentes en ciertos alimentos, que pueden actuar negativamente sobre el sistema nervioso.


Algunos detalles del estudio

La investigación, realizada en dos fases, formaba parte del "Estudio sobre la epidemiología de la salud psicológica-alimenticia y la nutrición", un proyecto en el que participaron adultos iraníes empleados en 50 centros de salud afiliados a la Universidad de Isfahan. Durante el estudio, los investigadores evaluaron la adherencia a una alimentación sana de 3.663 adultos que rellenaron dos cuestionarios: uno, el AHEI-2010, sobre el comportamiento alimentario, como la frecuencia de consumo de determinados alimentos y sus raciones, y el otro, la versión iraní de la Escala Hospitalaria de Ansiedad and Depresión, utilizada para identificar a los participantes afectados por ansiedad y depresión. 


La prevalencia del trastorno de ansiedad fue, de media, de alrededor del 15% (10,8% de los hombres y 18,3% de las mujeres), mientras que la depresión se detectó en el 30% de los participantes (22,9% de los hombres y 35,1% de las mujeres). Los individuos que comían más fruta, verdura, cereales integrales, frutos secos, legumbres y pescado rico en omega-3 recibieron una puntuación de 10, y los que consumían la menor cantidad de estos alimentos tuvieron una puntuación del índice AHEI-2010 de 1. Los que obtuvieron una puntuación más alta en esta escala, que por tanto seguían más de cerca la dieta correcta, resultaron ser principalmente mujeres y personas con un nivel educativo más alto, en comparación con los que se encontraban en la parte inferior de la escala.



Salud mental y alimentación sana, una relación más frecuente entre las mujeres


La adherencia a una dieta saludable se asoció inversamente con la posibilidad de ansiedad y depresión en adultos. Al analizar la relación por separado para hombres y mujeres, la asociación fue significativa en las mujeres, pero no en los hombres, probablemente debido a la menor frecuencia de casos de ansiedad y depresión encontrados entre los sujetos masculinos. Según los investigadores, por tanto, será necesario un estudio de cohortes más amplio para aportar pruebas de la relación entre una alimentación sana y la salud mental. 


Fuente: Parvane Baneei, et al. 'Adherence to Alternative Healthy Eating Index In relatlon te depress/on and anxlety In lran/an adults': British Joumal of Nutrition.