Sistema nervioso

La falta de EPA y DHA en la sangre favorece la depresión

¿Deficiencia de EPA y DHA? En riesgo de depresión

Un nuevo estudio revela que, en la población japonesa, quienes presentan las concentraciones más bajas de EPA y DHA en sangre son más propensos a la depresión. Por tanto, incluso en una nación que presume de una dieta rica en pescado, los habitantes pueden mostrar niveles insuficientes de omega-3 para prevenir los trastornos del estado de ánimo y necesitan aumentar su consumo de EPA y DHA.

Así lo han descubierto investigadores del Centro Nacional de Geriatría and Gerontology de Aichi (Japón), en un artículo publicado en el British Journal of Nutrition.


Depresión, la alimentación también influye


La depresión es un trastorno del estado de ánimo muy extendido, sobre todo en los países occidentales; según la Encuesta Mundial de Salud Mental, alrededor del 5% de las personas afirman haber sufrido al menos un episodio de depresión a lo largo de su vida. Según las predicciones, en 2030 esta enfermedad podría convertirse en una de las tres principales causas de años de vida perdidos por discapacidad o muerte prematura (índice DALY). Por lo tanto, el tratamiento y la prevención de la depresión son cada vez más importantes, sobre todo para las personas de mediana y avanzada edad. En este sentido, los síntomas depresivos se correlacionan con el deterioro cognitivo relacionado con la edad, así como con signos de deterioro cognitivo en pacientes con demencia precoz, lo que demuestra que pueden ser un factor de riesgo potencial de demencia. Lo más probable es que el origen de la depresión sea una combinación de varios factores: genéticos, ambientales, psicológicos y biológicos. Otro estudio ha demostrado que un mayor consumo de pescado reduce la probabilidad de sufrir depresión. La nutrición también puede influir en la aparición de la depresión. En concreto, los estudios han demostrado que los individuos que consumen grandes cantidades de pescado tienen menos probabilidades de sufrir depresión que los que consumen pequeñas cantidades. Del mismo modo, se ha demostrado que quienes experimentan síntomas depresivos tienen niveles bajos de omega-3 en la sangre. Esta relación puede estar motivada por el hecho de que el EPA y el DHA, los dos principales omega-3 derivados del pescado, son esenciales para mantener la función de las membranas de las neuronas, donde actúan regulando su fluidez e influyendo en la liberación de neurotransmisores. Los omega-3 pueden actuar contra la depresión y sus síntomas a través de varios mecanismos de acción diferentes: antiinflamatorio, antioxidante y neuroprotector.


El nivel de omega-3 en la sangre se asocia con el riesgo de depresión


En comparación con estudios anteriores, normalmente realizados en poblaciones que no consumen mucho pescado, la nueva investigación estudió la influencia de los omega-3 en la fisiopatología de la depresión en una zona caracterizada por un elevado consumo de pescado. Durante el estudio, los investigadores contaron con la participación de 1.050 hombres y 1.073 mujeres mayores de 40 años, residentes en Japón, que se sometieron a análisis específicos. Los resultados mostraron que los sujetos con la mayor concentración de EPA y DHA en sangre presentaban un menor riesgo de experimentar síntomas de depresión que aquellos con los niveles más bajos de omega-3. 

La asociación con la depresión no se encontró para otros ácidos grasos analizados, lo que demuestra el papel exclusivo del EPA y el DHA en este vínculo. Clínicamente, el 12,5% de los japoneses con las concentraciones más bajas de omega-3 manifestaban síntomas depresivos, un valor en consonancia con los datos observados en otras poblaciones de edad similar, como los estadounidenses. Sin embargo, el nivel de omega-3 de los estadounidenses es muy inferior al de los japoneses. En estos últimos, las concentraciones medias de EPA y DHA en sangre son de unos 75 mg/ml y 170 mg/ml, respectivamente, mientras que en Estados Unidos, los sujetos mayores de 60 años muestran unas concentraciones medias de EPA y DHA de 14,9 mg/ml y 46,5 mg/ml, respectivamente; es decir, aproximadamente un 50% más bajas para el EPA, y tres veces más bajas para el DHA, que los japoneses. Así pues, la relación entre las concentraciones de omega-3 y los síntomas depresivos se identificó para niveles de EPA y DHA raramente alcanzados por los estadounidenses u otras poblaciones que siguen dietas pobres en pescado.


Los resultados se confirmarán con nuevas investigaciones


Según los investigadores que llevaron a cabo el estudio, estos resultados sugieren que los niveles de EPA y DHA pueden ser insuficientes para prevenir los trastornos del comportamiento, incluso en poblaciones que, por término medio, consumen mucho pescado. Sin embargo, según los propios investigadores, no es posible demostrar una relación causal entre los niveles de omega-3 y la depresión; de hecho, no se puede descartar que sea el propio trastorno depresivo el que lleve a una menor ingesta de omega-3 debido a la disminución del apetito. Por lo tanto, serán necesarios más estudios para evaluar esta relación.



 Fuente: Horikawa C, Otsuka R, Kato Y, Nishita Y, Tange C, Kakutani S, Rogi T, Kawashima H, Shibata H, Ando F, Shimokata H. Cross-sectional association between serum concentrations of n-3 long-chain PUFA and depressive symptoms: results in Japanese community elders. 2015 Br J Nutr