Los adolescentes con un índice Omega-3 bajo son menos atentos. Rendimiento escolar en riesgo
Adolescentes con niveles bajos de Omega 3: menor rendimiento escolar
Los adolescentes con concentraciones más bajas de omega-3 en sangre mostraron menos atención y menor velocidad de procesamiento de la información, en comparación con los que tenían concentraciones más altas. En detalle, se descubrió que el Índice Omega-3, una medida de la cantidad de EPA y DHA en un individuo, estaba asociado con ciertas medidas de la capacidad cognitiva. Cada aumento del uno por ciento en el Índice Omega-3 se correspondía con un aumento en las puntuaciones de pruebas específicas, lo que sugiere un papel importante del EPA y el DHA en el rendimiento académico.
Así lo descubrieron investigadores de la Open University de los Países Bajos en un estudio publicado recientemente en la revista Nutrients.
Omega-3 y funciones cognitivasfunciones cognitivas
Además de sus conocidos beneficios para la salud cardiovascular, las concentraciones sanguíneas de omega-3 parecen estar asociadas a la función cognitiva en adultos y ancianos, así como a ciertos trastornos en niños y adolescentes, como el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), el autismo y la dislexia. Durante la adolescencia, el papel de los omega-3 es especialmente importante; es durante esta fase de la vida cuando tiene lugar el desarrollo del córtex prefrontal, que continúa hasta después de los 20 años. Esta región del cerebro desempeña un papel clave en el desarrollo de las funciones cognitivas asociadas al rendimiento escolar y académico. Además, el córtex prefrontal es una zona especialmente rica en DHA, y una mayor ingesta de este omega-3 se ha asociado a cambios en la actividad funcional del propio córtex, en niños de 8 a 10 años. Varios estudios han mostrado una asociación entre el consumo de pescado, que es la fuente más importante de omega-3, y las propiedades cognitivas en adolescentes y el rendimiento escolar. Sin embargo, el pescado no es la única fuente de omega-3 y, además, existe una gran variabilidad interpersonal en la absorción de estos ácidos grasos. Por ello, se requiere un análisis de sangre para estimar los niveles de EPA y DHA. Para ello se utiliza elÍndice Omega-3, que representa el porcentaje de EPA y DHA en relación con el total de ácidos grasos, en las membranas de los glóbulos rojos.
Omega-3 asociadoa la capacidad de atención y procesamiento de la información
El objetivo principal de este estudio, realizado en 266 jóvenes de entre 13 y 15 años, era investigar la asociación entre el Índice Omega-3 y el rendimiento cognitivo, que suele desarrollarse durante la adolescencia. Los resultados mostraron que el Índice Omega-3 estaba significativamente asociado con la velocidad de procesamiento de la información y que cada aumento del 1% en el Índice Omega-3 correspondía a un aumento de 1,23 en el resultado de una prueba denominada LDST, diseñada precisamente para medir este tipo de función cognitiva. Además, los alumnos con un Índice Omega-3 más alto cometieron menos errores de omisión en una prueba específica, denominada D2, para evaluar la falta de atención y la impulsividad, es decir, prestaron más atención que los alumnos con un Índice Omega-3 más bajo.
No se observó ninguna asociación, sin embargo, para otros tipos de medidas cognitivas. Como señaló Harry Rice, del GOED, una asociación que promueve el consumo de niveles adecuados de Omega-3, los análisis realizados en este estudio muestran, en primer lugar, que los niños implicados necesitaban aumentar su consumo de EPA y DHA para no poner en riesgo su salud. En efecto, el índice medio de Omega-3 era de 3,83, una cifra que, independientemente de la función cognitiva, es demasiado baja. Recordemos que el valor deseable del Índice Omega-3 es 8, una medida que indica una reducción del riesgo cardiovascular. El resultado del Índice Omega-3 no sorprendió a los investigadores, ya que el 13,9% de los estudiantes que participaron en la investigación habían declarado en un cuestionario sobre consumo de alimentos que nunca comían pescado, y el 77% que rara vez lo hacían.
Resultados con un impacto positivo en el aprendizaje escolar
Según los investigadores que llevaron a cabo el estudio, demostrar un efecto positivo de la suplementación con omega-3 sobre la concentración y la velocidad de procesamiento podría mejorar el funcionamiento cognitivo, y posiblemente el rendimiento escolar, de una forma fácil y barata.
¿Cómo puede medirse el índice Omega-3?
Determinar el propio Índice Omega-3 es importante para conocer de forma fiable el nivel de ácidos grasos y detectar cualquier carencia. El índice se determina mediante la Prueba del Índice Omega-3, un análisis de sangre que puede realizarse en laboratorios que siguen un estricto sistema de gestión de la calidad.
Fuente: I.S.M. van der Wurff, et al. 'Association between Blood Omega-3 Index and Cognition in Typically Developing Dutch Adolescents '.Nutrients, 2016, Volumen 8, Número 1,13.