Omega-3 del aceite de krill
El aceite de krill es una valiosa fuente natural de Omega-3.
El krill es un crustáceo rojo que forma parte del zooplancton de las frías aguas antárticas. Rico en nutrientes, es el principal alimento de animales marinos como ballenas, focas y pingüinos.
Tiene forma de gamba y es una de las pocas criaturas marinas capaces de sobrevivir en un hábitat polar. Esto es posible gracias a su alto contenido en los ácidos grasos poliinsaturados Omega-3 de cadena larga EPA y DHA, que se fijan a las membranas celulares a través de los fosfolípidos.
Los fosfolípidos son los constituyentes fundamentales de las membranas de todos los tipos de células. Su función es puramente estructural.
El fosfolípido fosfatidilcolina es uno de los transportadores preferidos del ácido graso omega-3 DHA a nivel de los glóbulos rojos y las células del sistema nervioso. Favorece la normalización de la actividad de los neurotransmisores aumentando la eficacia cerebral y los consiguientes procesos de concentración, memorización y aprendizaje.
La astaxantina funciona como antioxidante: ayuda a prevenir la oxidación de los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga y contrarresta el aumento de la producción de radicales libres que se produce durante el estrés, la inflamación y la exposición prolongada a la luz solar. También ayuda a reducir el envejecimiento prematuro de las células.
Las bajas temperaturas del fondo oceánico antártico protegen al krill del riesgo de contaminación industrial, por lo que el aceite resultante es muy puro y está casi totalmente libre de sustancias nocivas.