El papel del Omega-3 en la menopausia

El efecto de los Omega-3 sobre el equilibrio hormonal también se refleja en los síntomas de la menopausia.

 

Este período de la vida corresponde a la disminución de la producción de hormonas reproductivas de la mujerestrógeno y progesterona.

 

Estos cambios se asocian a una serie de síntomas que pueden perturbar la vida cotidiana incluso antes de que el ciclo menstrual desaparezca definitivamente. Las más conocidas y frecuentes son las irregularidades del propio ciclo y los llamados sofocos.

 

Además de estos fenómenos, el desequilibrio hormonal también puede causar problemas médicos más graves:

  • mayor riesgo cardiovascular
  • osteoporosis

 

Por último, la menopausia puede asociarse a trastornos del estado de ánimo que pueden provocar depresión, problemas de sueño y fatiga.

 

Varios estudios han demostrado la eficacia de los Omega-3 para contrarrestar ciertos trastornos que acompañan la transición a esta nueva fase de la vida femenina.

 

 

 

 

Sofocos: la acción de los Omega-3

 

La experiencia de los sofocos puede ser muy diferente de una mujer a otra. Algunos no sufren mucho este problema, otros pueden experimentar hasta 20 veces al día esta repentina sensación de calor que puede invadir todo el cuerpo.

 

¿Cuáles son las causas de los sofocos? Se dice rápidamente: su manifestación se genera por la ausencia de estrógenos producidos por los ovarios, el sistema de termorregulación del cuerpo ya no funciona correctamente.

 

Una solución a este problema la aportan los Omega-3.

 

De hecho, un estudio realizado en el Hospital Ginecológico Sant'Anna de Turín ha demostrado que estas moléculas son eficaces para controlar este trastorno.

 

Durante 24 semanas tomando cápsulas que contenían Omega-3, las mujeres que participaron en esta investigación experimentaron una reducción progresiva y muy significativa del número de sofocos.

 

Según los autores del estudio, la eficacia de los ácidos grasos podría deberse a su acción a nivel de las membranas neuronales.

 

Alternativamente, explican los investigadores, estos nutrientes podrían reducir los sofocos modulando la actividad de ciertos neurotransmisores, moléculas responsables de la transmisión de los impulsos nerviosos.

 

Un segundo estudio, realizado en el Hospital Universitario de Québec (Ville de Québec, Canadá), confirmó estos resultados.

 

Los autores descubrieron que, en sólo ocho semanas, los suplementos enriquecidos con ácido eicosapentaenoico (EPA), un Omega-3 derivado de los alimentos, reducían la frecuencia del trastorno en aproximadamente un 55%.

 

 

 

 

 

Los síntomas de la depresión y los trastornos del estado de ánimo se alivian con Omega-3

 

Otros síntomas asociados a la menopausia afectan a la esfera emocional. Entre el 10% y el 40% de las mujeres experimentan síntomas de depresión durante este periodo.

 

Estos trastornos pueden contrarrestarse tomando Omega-3, cuya eficacia ha sido demostrada por un estudio de la Universidad Laval (Québec, Canadá).

 

En la investigación participaron tanto mujeres con trastornos psicológicos moderados como pacientes que ya habían mostrado síntomas de depresión grave.

 

Para comprobar la acción de los ácidos grasos, los participantes tomaron un suplemento de EPA y DHA (ácido docosahexaenoico, otro Omega-3 de origen alimentario) o un placebo durante ocho semanas.

 

El análisis de los datos recogidos al final de las ocho semanas de ingesta mostró que en las mujeres que aún no habían sufrido episodios depresivos graves al inicio del experimento, es decir, que duraran al menos dos semanas y perjudicaran las relaciones sociales y laborales, se redujeron significativamente los trastornos del estado de ánimo.

 

 

 

 

¿Una acción directa sobre las hormonas?

 

Actualmente no existen estudios en la literatura científica que expliquen en detalle los mecanismos por los que el Omega-3 es capaz de ejercer sus efectos positivos sobre los síntomas de la menopausia.

 

Sólo una investigación del Hospital Universitario Aarhus de Aalborg (Dinamarca) pudo demostrar que durante la premenopausia, el periodo previo a la desaparición definitiva del ciclo menstrual, la ingesta de estos ácidos grasos en forma de aceite de pescado aumenta los niveles de estrógenos.

 

Nuevos estudios permitirán comprender mejor el mecanismo de funcionamiento de estos nutrientes.