Gestación, lactancia y depresión posparto

Tomar Omega-3 en la gestación aporta beneficios a varios niveles

La primera acción que realizan estas moléculas se refiere a la presión arterial, un factor que influye en el riesgo de preeclampsia.

 

La preeclampsia es un síndrome en el que la hipertensión y otros factores pueden causar complicaciones a la mujer y al bebé, antes, durante y después del parto.

 

El efecto sobre los vasos sanguíneos también favorece un flujo sanguíneo adecuado en la placenta, lo que permite un intercambio eficaz de nutrientes y oxígeno entre la madre y el bebé.

 

El riesgo de parto prematuro es otro peligro contrarrestado por estas moléculas. Esto garantiza que, en el momento del nacimiento, el peso del bebé se encuentre en el rango normal y sus pulmones estén plenamente desarrollados. Asimismo, un nivel adecuado de Omega-3 reduce el riesgo de aborto espontáneo.

 

El desarrollo del feto, en particular el de su sistema nervioso, también depende en gran medida de los Omega-3.

 

Por último, las mujeres con deficiencia de Omega-3 durante el embarazo corren un mayor riesgo de sufrir depresión posparto.

 

 

 

 

Omega-3 en el embarazo: de la madre al bebé

Los omega-3 presentes en el organismo de la madre se transfieren al bebé durante el embarazo .

 

La comparación de los ácidos grasos contenidos en los glóbulos rojos y el plasma de mujeres embarazadas y no embarazadas mostró que los niveles deácido docosahexaenoico (DHA) y ácido eicosapentaenoico (EPA)omega-3 son significativamente más bajos en las primeras.

 

 

En cambio, las concentraciones de EPA y DHA en los lactantes son más elevadas que en sus madres.

 

 

El principal vehículo de transporte de estos ácidos grasos a la placenta serían los glóbulos rojos, lo que expone a la mujer al riesgo de una carencia de estos nutrientes.

 

 

Las reservas de omega-3 de una mujer no siempre son suficientes para hacer frente al embarazo. Toda mujer debe asegurarse un aporte adecuado de estos ácidos grasos antes y después del inicio del embarazo.

 

 

Conseguirlo no es complicado. El contenido en Omega-3 del líquido amniótico y la leche materna depende del tipo de dieta que siga la mujer.

 

 

Varios estudios han demostrado que estos nutrientes pueden ingerirse enriqueciendo la dieta con pescado

 

Unadieta rica en Omega-3 puede reducir el riesgo de varias complicaciones:

 

 

  • parto prematuro
  • preeclampsia
  • parálisis cerebrales

 

 

Tomar Omega-3 durante el embarazo no perjudica en absoluto al bebé ni al curso natural de la gestación.

 

 

 

La preeclampsia, un riesgo para la madre y el bebé

La preeclampsia es un síndrome caracterizado por problemas de circulación sanguínea, entre los que se incluyen niveles elevados de triglicéridos en sangre. Los investigadores evaluaron la eficacia de los omega-3 para reducir el riesgo de padecer esta afección.

 

Esto se debe a la conocida capacidad del Omega-3 contenido en el aceite de pescado para reducir la cantidad de triglicéridos en la sangre, normalizar la presión arterial y mejorar el funcionamiento de venas y arterias.

 

En concreto, un estudio publicado en la revista Epidemiology4 demostró que, durante la gestación, un aumento del 15% en la proporción de Omega-3 respecto a Omega-6 corresponde a una reducción del 46% en el riesgo de preeclampsia.

 

Para llegar a estas conclusiones, investigadores del Centro Médico Sueco de Seattle (EE.UU.) midieron la cantidad de Omega-3 contenida en los glóbulos rojos de 22 mujeres con preeclampsia y 40 mujeres con valores normales de tensión arterial.

 

Se descubrió que las pacientes con niveles más bajos de estos ácidos grasos tienen unas ocho veces más probabilidades de desarrollar esta complicación durante la gestación que las que tienen niveles más altos.

 

 

 

Omega-3 y el sistema nervioso del niño

Entre los ácidos grasos poliinsaturados, el DHA ha demostrado ser especialmente útil para el desarrollo del feto. El efecto más significativo es en la formación del sistema nervioso del bebé.

 

 

Las investigaciones han demostrado que este Omega-3 favorece el desarrollo adecuado del cerebro y aumentala inteligencia del niño.

 

 

 

¿Y después del parto?

Los beneficios de una ingesta adecuada de Omega-3 continúan incluso después del nacimiento, y afectan tanto al bebé como a su madre.

 

Los estudios han demostrado que las mujeres que consumen grandes cantidades de aceite de pescado sufren menos depresión posparto.

 

Además, una ingesta elevada de Omega-3 durante el embarazo previene el sobrepeso y el riesgo de presión arterial elevada en el niño. A la edad de 15 meses, los niños cuyas madres tomaron estos nutrientes durante la gestación se caracterizan por un mejor desarrollo psicomotor que los demás.

 

 

 

¿Qué Omega-3 en el embarazo?

Por todas estas razones, un grupo de expertos, dirigido por Artemis Simopoulos, nutricionista especializada en el uso de Omega-3, determinó que las cantidades óptimas de estos ácidos grasos corresponden a una ingesta de 300 miligramos de Omega-3 al día.

La recomendación es válida tanto durante los tres últimos meses de gestación como durante la lactancia. De este modo, se garantiza el correcto aporte de nutrientes al recién nacido y, al mismo tiempo, la nueva madre puede reponer las necesidades de Omega-3 del propio organismo.

Sin embargo, durante la gestación, las mujeres deben prestar mucha atención al tipo de pescado o suplementos que consumen para tomar Omega-3.

En el caso del aceite de linaza, conocida fuente de estos ácidos grasos, algunos expertos desaconsejan tomarlo durante el embarazo. Sus componentes podrían influir en la actividad de ciertas hormonas, entre ellas los estrógenos.

Además, el aceite de linaza contiene menos cantidad de DHA queel aceite de pescado, por lo que es una mejor fuente de Omega-3.

Por estas razones, siempre debe consultar a su médico antes de tomar un suplemento cuando esté esperando un bebé.