Tumores

Cáncer de próstata: el EPA reduce la progresión.

Cáncer de próstata: el EPA disminuye su desarrollo


Los omega-3 presentes en la próstata frenan la progresión del cáncer. En concreto, la concentración de EPA (ácido eicosapentaenoico) medida directamente en el tejido prostático, en lugar de en la sangre o estimada a partir de los hábitos alimentarios, se asocia a una menor progresión tumoral.

Así lo descubrieron investigadores de la Universidad de Quebec (Canadá) en un estudio, publicado en la revista Cancer Prevention Research, cuyo objetivo era aclarar la relación entre el Omega-3 y el cáncer de próstata.



¿Cuál es la función del Omega-3?


El cáncer de próstata es el más frecuente en los hombres. Representa alrededor del 30% de todas las neoplasias malignas en la población masculina. El tratamiento varía en función de su peligrosidad, expresada por una clase de riesgo bajo, medio o alto. El de bajo riesgo puede ser monitorizado con muestras y biopsias, implementando una llamada vigilancia activa y evitando el tratamiento agresivo de pacientes en condición clínica subóptima. La asociación entre Omega-3 y este tipo de cáncer ha sido ampliamente estudiada. Sin embargo, el impacto del contenido de ácidos grasos prostáticos en la progresión de la enfermedad sigue siendo poco conocido. Se han publicado resultados discordantes sobre esta relación; el verano pasado, en un estudio Brasky y sus colegas plantearon la hipótesis de que el Omega-3 se asociaba a un mayor riesgo de cáncer de próstata. Editoriales y revisiones científicas posteriores afirmaron que la relación no podía confirmarse.


El EPA reduce la progresión de la enfermedad

En este estudio, los investigadores plantearon la hipótesis de que, en comparación con la estimación dietética o el nivel medido en los glóbulos rojos, el contenido de Omega-3 en el tejido prostático guardaba una relación más estrecha con la progresión del cáncer. La investigación se llevó a cabo en una cohorte de 48 hombres no tratados con cáncer de próstata de bajo riesgo sometidos a vigilancia activa. Los sujetos se sometieron a un muestreo de tejido prostático en los seis meses siguientes al diagnóstico inicial. Además, se evaluaron los niveles de ácidos grasos poliinsaturados con un cuestionario de frecuencia de alimentos y se determinaron en los glóbulos rojos. Los resultados mostraron que la concentración de EPA, determinada directamente en la próstata, se asociaba con un menor riesgo de progresión en pacientes con cáncer de bajo riesgo.


El análisis del tejido prostático es más eficaz 

En conclusión, las concentraciones de Omega-3 en el tejido prostático estarían más relacionadas y darían más información sobre la probabilidad de progresión de la enfermedad que las concentraciones medidas en los glóbulos rojos o a partir de las predicciones de ingesta. La medición de Omega-3 en sangre es un medio de evaluación mejor que la ingesta alimentaria, pero no tan eficaz como la medición de EPA y DHA (ácido docosahexaenoico) en las membranas de los glóbulos rojos; pero incluso esto tiene limitaciones porque las células sanguíneas tienen una vida de 90 días. Para los investigadores, por tanto, medir el nivel de nutrientes en el tejido de interés es el mejor enfoque para establecer asociaciones entre nutrientes y riesgo de cáncer. Este estudio también confirma que la ingesta de omega-3 en los hombres suele ser insuficiente y no llega a los 250-500 mg diarios de EPA y DHA.



Fuente: Moreel X, Allaire J, Leger C, Caron A, Labonte M-E, Lamarche B, Julien P, Desmeules P, Tetu B, Fradet V. Prostatic and dietary omega-3 fatty acids and progresión del cáncer de próstata durante la vigilancia activa. 2014 Cancer Prev Res doi: 10. 1158/1940-6207.CAPR-13-0349