Bebés y niños

Omega-3 en los niños: el EPA y el DHA protegen el ADN de niños y adolescentes

Los omega-3 en la sangre parecen reducir el riesgo de daños en el ADN, según una investigación realizada entre niños brasileños de 9 a 13 años. De hecho, una concentración elevada de EPA y DHA se asocia a un material genético más intacto y, por tanto, más estable. Los ácidos grasos omega-3 podrían ser un factor protector contra los daños del ADN, un fenómeno subyacente al envejecimiento y al desarrollo de ciertas enfermedades como el cáncer, lo que confirma la importancia de una alimentación sana desde la infancia.

Los datos de este estudio, realizado por investigadores de la Universidad de São Paulo (Brasil), se publicaron recientemente en la revista científica Food & Function.



Los nutrientes afectan al daño del ADN y al envejecimiento

El ADN de los cromosomas de cada una de nuestras células acumula miles de lesiones cada día. Esto sucede porque las células son atacadas continuamente por factores ambientales nocivos, como la radiación ultravioleta, la radiación ionizante y numerosos agentes químicos o productos del metabolismo celular, que pueden causar daños en el ADN. 


La degradación del material genético es uno de los mecanismos del envejecimiento celular. Cuando se acumulan daños en las cadenas de ADN, se producen errores en la duplicación del ADN y los tejidos en formación empiezan a perder su función adecuada. Los daños en el ADN pueden interferir en procesos celulares esenciales y mermar la viabilidad de las células. Los daños específicos en el ADN también pueden inducir mutaciones que causan cáncer u otras enfermedades, como las neurológicas. 


Según los estudios realizados en los últimos años, algunos nutrientes pueden favorecer el aumento de la rotura del ADN y el envejecimiento, mientras que otros parecen tener un efecto protector debido a su capacidad para contrarrestar los radicales libres, principales autores de las lesiones. Entre las moléculas capaces de desempeñar esta función se encuentran ciertas vitaminas con acción antioxidante como la vitamina C, fitocompuestos como los polifenoles y ácidos grasos omega-3. Según una investigación realizada en 2013, una dieta caracterizada por una baja concentración de omega-6 en favor del omega-3 se asocia a una mayor estabilidad de los telómeros, las regiones terminales de los cromosomas, cuya erosión está vinculada al envejecimiento y a la aparición de ciertas condiciones patológicas, entre ellas el cáncer.



Las concentraciones plasmáticas elevadas de omega-3 protegen el ADN de los jóvenes

Al estudiar las concentraciones sanguíneas de vitaminas, ácidos grasos poliinsaturados y el grado de daño del ADN en niños y adolescentes brasileños sanos, los investigadores descubrieron que los niveles más altos de EPA y DHA en la sangre se asociaban a un menor riesgo de daño del material genético. Anteriormente se obtuvieron resultados similares en estudios in vitro realizados en células de tejido vascular y células endoteliales de sujetos diabéticos. 


Pero el trabajo brasileño es el primero in vivo que investiga la relación con el omega-3 en adolescentes sanos. Los resultados sugieren que la aplicación de políticas públicas de educación nutricional para mejorar el estado nutricional puede ayudar a prevenir el desarrollo de enfermedades relacionadas con daños importantes en el ADN, según declararon los propios autores de la investigación. En Brasil, de hecho, en las últimas décadas, como en el resto de los países desarrollados, el estilo de alimentación se ha desplazado hacia productos procesados bajos en micronutrientes y altos en grasas saturadas, azúcar y sal. Según el experto en omega-3 William S. Harris, de la Facultad de Medicina Sanford (Universidad de Dakota del Sur) e inventor del Índice HS-Omega-3®, el estudio ofrece un mecanismo de acción convincente para explicar algunos de los efectos epidemiológicos del omega-3 que se han observado a lo largo de los años. 


Según Harris, lo que se sabe hasta ahora, es decir, que las personas con niveles más altos de omega-3 viven más, puede relacionarse con los resultados de esta investigación. Los niveles elevados de omega-3 se asocian a un mecanismo protector que mantiene intacto el ADN y su funcionamiento, lo que contribuye a un envejecimiento saludable y ralentiza el ritmo del daño cromosómico, favoreciendo la salud.



Algunos detalles del estudio

Los investigadores reclutaron a 151 niños y niñas de entre 9 y 13 años en la ciudad de Ribeirão Preto. De ellos, 141 fueron considerados aptos para su inclusión en el estudio. Todos los jóvenes tenían acceso a agua corriente, saneamiento, electricidad e Internet y vivían en una zona con un Índice de Desarrollo Humano Municipal (IDHM) de 0,8. 


El Parámetro MHDP es un índice calculado por las Naciones Unidas, que estima el Índice de Desarrollo en diferentes regiones, e incluye factores como la esperanza de vida y los años de escolarización. Esto situaría a las zonas de origen de los niños participantes en el estudio entre las más ricas de Brasil. Mediante un análisis estadístico, los investigadores investigaron si los niveles de omega-3 EPA y DHA, vitamina A, betacaroteno (un precursor de la vitamina A) y riboflavina (o vitamina B2) se correlacionaban con la tasa de "roturas" del ADN. 


Los daños en el material genético se evaluaron en el laboratorio mediante una técnica de electroforesis en gel unicelular: la llamada prueba del cometa. Mientras que los resultados de estas pruebas mostraron una relación inversa entre la cantidad de EPA y DHA en la sangre y el daño en el ADN, no surgió tal relación al estudiar el efecto de la vitamina A, el betacaroteno y la vitamina B2.



Los niños y la nutrición: el omega-3 en la sangre podría proteger los cromosomas

Este estudio descubrió una asociación entre el daño del ADN y los niveles sanguíneos de DHA y EPA, lo que demuestra que los omega-3 están inversamente asociados al daño del ADN en los niños y adolescentes brasileños y pueden ser un factor protector contra el desarrollo de enfermedades futuras. Por tanto, un mayor consumo de EPA y DHA podría ser protector contra el envejecimiento cromosómico y el desarrollo de enfermedades relacionadas. 


Esto pone de relieve la importancia de una dieta sana desde la infancia, gracias también al aumento de las políticas públicas de educación nutricional para mejorar el estado nutricional. 


Fuente: Tamiris Trevisan de Barros et. al. "DNA damage is inversely associated with blood levels of DHA and EPA fatty acids in Brazilian children and adolescents", Food and Function Kiecolt-Glaser JK, Epel ES, Belury MA, Andridge R, Lin J, Glaser R, Malarkey WB, Hwang BS, Blackburn E. "Omega-3 fatty acids, oxidative stress, and leukocyte telomere length: A randomized controlled trial". Brain Behav Immun