Bebés y niños

El hiperinsulinismo congénito también puede combatirse con Omega-3

Hiperinsulinismo congénito: ayuda de los Omega-3

El aceite de pescado tiene efectos beneficiosos en niños con hiperinsulinismo congénito, una enfermedad infantil caracterizada por una secreción excesiva de insulina. Los suplementos que contienen Omega 3, en combinación con el tratamiento médico estándar, parecen mejorar el perfil glucémico y reducir la variabilidad glucémica que caracteriza a la enfermedad.

Este es el resultado de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Manchester (Reino Unido) y publicado en la revista Frontiers in Endocrinology.



Hiperinsulinismo congénito: una enfermedad genética

El hiperinsulinismo congénito es una enfermedad rara y la causa más frecuente de hipoglucemia en el primer año de vida. Afecta aproximadamente a uno de cada 50.000 niños en Inglaterra y a uno de cada 2.500 en Finlandia y Arabia Saudí. La enfermedad se caracteriza por un deterioro de la liberación de insulina de las células β del páncreas, que se vuelven hiperactivas, lo que provoca fluctuaciones reducidas y continuas de los niveles de glucosa en sangre. Esta afección puede interferir en el desarrollo del cerebro y causar discapacidad, daños cerebrales y convulsiones. El aceite de pescado purificado que contiene los ácidos grasos poliinsaturados EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico) se ha utilizado con éxito en la prevención de arritmias cardiacas tras una lesión miocárdica aguda. Dado que las células del páncreas son eléctricamente activas, al igual que las del corazón, los investigadores plantearon la hipótesis de que el Omega-3 también podría actuar sobre ellas ralentizando la liberación de insulina.



El aceite de pescado reduce las fluctuaciones glucémicas

En el ensayo participaron trece niños de entre uno y once años, afectados de hipersinsulinismo y con una estabilidad glucémica satisfactoria. Los niños recibieron 3 ml de aceite de pescado con 459 mg de EPA y 310 mg de DHA al día durante tres semanas. Un sistema de monitorización subcutánea continua de la glucosa informó de los valores de glucemia a intervalos continuos. Los investigadores observaron que, aunque el tratamiento no influía significativamente en el nivel de glucosa en sangre, éste era significativamente más estable, anulando las fluctuaciones típicas de la enfermedad.



La acción del EPA y el DHA

Según los investigadores, el Omega-3 es capaz de reducir la actividad eléctrica de las células del páncreas. El EPA y el DHA podrían bloquear canales específicos de sodio y potasio, reduciendo la liberación de insulina. El Omega-3 puede considerarse una opción terapéutica adicional para reforzar el control glucémico en pacientes tratados con terapias convencionales. Sin embargo, se necesitan más estudios y más exhaustivos para investigar a fondo el valor del tratamiento con EPA y DHA como complemento de la terapia para el hiperinsulinismo congénito.



Fuente: Mars Skae, Hima Bindu Avatapalle, Indraneel Banerjee, Lindsey Rigby, Andy Vail, Peter Foster, Christiana Charalambous, Louise Bowden, Raja Padidela, Leena Patel, Sarah Ehtisham, Karen E. Cosgrove, Mark J. Dunne and Peter E. Clayton.Reduced glycemic variability in diazoxide-responsive children with congenital hyperinsulinism using supplemental omega-3-polyunsaturated fatty acids; a pilot trial with MaxEPA' Front. Endocrinol, 12 de marzo de 2014 | doi: 10.3389/fendo.2014.00031