Bebés y niños

¿Puede la carencia de vitamina D durante el embarazo aumentar el riesgo de autismo en los niños?

Deficiencia de vitamina D en el embarazo: ¿aumenta el riesgo de autismo en el niño?



Según una investigación reciente realizada en Australia, la carencia de vitamina D en mujeres embarazadas puede aumentar hasta cuatro veces el riesgo de dar a luz niños con autismo. Consumir suplementos de vitamina D durante el embarazo podría ser, por tanto, una forma barata y fácil de reducir la incidencia de la enfermedad. En apoyo de esta hipótesis, otro estudio informó de que los suplementos de vitamina D3 pueden mejorar los síntomas de los niños autistas.

El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Queensland (Australia) y el Centro Médico Erasmus de Rotterdam (Países Bajos), se publicó en la revista Molecular Psychiatry.




Autismo: un problema generalizado que afecta a los niños y a sus familias 


Los trastornos del espectro autista comprenden un conjunto de déficits del desarrollo (como el autismo y el síndrome de Asperger), caracterizados por síntomas que afectan a los ámbitos social, comunicativo y conductual. Los signos de la enfermedad suelen aparecer en torno a los tres años de edad. Estas patologías son crónicas e incapacitantes y afectan a unos 4 niños por cada 1000 en Italia, con una mayor incidencia en los varones, lo que representa un importante problema de salud pública. El autismo es un trastorno del neurodesarrollo cuyas causas se desconocen, pero probablemente se deba tanto a factores genéticos como ambientales. Estos últimos podrían incluir exposiciones prenatales y en los primeros años de vida a infecciones o toxinas o complicaciones obstétricas. Otro posible factor de riesgo ambiental de los trastornos del espectro autista es la carencia de vitamina D durante la gestación. La vitamina D es conocida por su papel en la salud ósea, pero su concentración óptima también es necesaria para otras funciones como la función cerebral, ya que la vitamina desempeña un papel importante en la señalización del calcio y la maduración y diferenciación de las neuronas. En la actualidad existen numerosas pruebas científicas que ponen de relieve la relación entre la insuficiencia de vitamina D y el autismo; varios estudios han encontrado una relación entre la deficiencia de vitamina D en niños y la aparición de los síntomas de esta enfermedad.




La deficiencia de vitamina D aumenta el riesgo de autismo


Una investigación llevada a cabo por investigadores australianos y holandeses ha demostrado que una carencia de vitamina D durante el embarazo está relacionada con un mayor riesgo de autismo en los niños a la edad de seis años. En concreto, los niños nacidos de mujeres con niveles bajos de vitamina D en sangre a mitad del embarazo tenían cuatro veces más probabilidades de sufrir trastornos del espectro autista que los niños nacidos de mujeres con niveles normales de vitamina D. Los resultados se suman a los que sugieren una relación entre la carencia de vitamina D y las disfunciones del crecimiento cerebral o los trastornos del neurodesarrollo, pero, con este estudio, se examinó por primera vez la asociación entre autismo y carencia de vitamina D durante el embarazo.




Algunos detalles de la investigación 


Los efectos descritos se obtuvieron analizando 4229 muestras de sangre de mujeres en su vigésima semana de embarazo, y posteriormente de sangre extraída a sus hijos, que participaban en otro estudio a largo plazo en la Universidad de Rotterdam. Al cabo de unos seis años, se realizaron pruebas a los niños participantes en la investigación para determinar si presentaban algún síntoma de autismo, que revelaron que las mujeres que tenían niveles bajos de vitamina D durante el embarazo eran más propensas a tener hijos autistas.




Aspectos positivos del descubrimiento


El estudio identifica la carencia gestacional de vitamina D como un factor de riesgo modificable asociado al autismo. Según el profesor John McGrath, que dirigió la investigación, al igual que el consumo de ácido fólico durante el embarazo redujo los casos de espina bífida, la información obtenida sugiere que la administración prenatal de suplementos de vitamina D podría reducir la incidencia del autismo. El uso de suplementos, siempre según McGrath, es una estrategia barata, asequible y segura para reducir la prevalencia de este nuevo factor de riesgo del autismo. Aunque, de hecho, la luz solar estimula la síntesis de vitamina D en la epidermis, una exposición excesiva al sol sin la protección adecuada puede provocar cáncer de piel. El siguiente paso será determinar, mediante investigaciones más profundas, qué mecanismos biológicos relacionan la carencia de vitamina D con el crecimiento cerebral y diversos trastornos del neurodesarrollo.




Suplementos de vitamina D: ayudan a mejorar los síntomas de los niños autistas 



Los suplementos de vitamina D no sólo serían útiles durante el embarazo con fines preventivos, sino también en niños autistas. Los resultados de otro trabajo científico reciente revelan que los suplementos que contienen vitamina D3, la forma más importante de vitamina D, pueden mejorar los síntomas del autismo en niños afectados por este trastorno. La investigación, publicada en la revista Journal of Child Psychology and Psychiatry, en la que participaron un total de 109 niños autistas de entre 3 y 10 años residentes en Egipto, demostró que los signos del autismo mejoraban significativamente tras cuatro meses de suplementación diaria con vitamina D3. Estos datos se suman a los de estudios anteriores que han sugerido una asociación entre el riesgo de trastornos del espectro autista y niveles bajos de vitamina D en sangre. Estudios publicados en 2015 revelaron que el 57% de los niños con este tipo de trastorno mostraban una deficiencia grave de vitamina D, y otro 30% de ellos presentaba insuficiencia vitamínica en relación con la gravedad de los síntomas. Según los investigadores de la Universidad de Assiut (Egipto) que realizaron el estudio, los resultados aún deberán ser validados por investigaciones a gran escala que confirmen cómo los suplementos de vitamina D, junto con otras estrategias terapéuticas, pueden ayudar a mejorar la vida de los niños autistas. De hecho, en la actualidad, el autismo sigue siendo una enfermedad que no puede curarse, pero que puede controlarse con terapia de apoyo y estrategias conductuales y educativas.




¿Qué dosis de vitamina D se consideran seguras? 


Las dosis diarias de suplemento utilizadas en este estudio son de 300 unidades internacionales (UI) de vitamina D3 por kg de peso corporal. En 2016, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) fijó en 15 microgramos (600 UI) al día la ingesta adecuada de vitamina D procedente de los alimentos tanto para adultos como para niños. Estas recomendaciones se basan en los datos publicados por los expertos de la EFSA en 2012, en los que para los niños de entre 11 y 17 años la ingesta tolerable se fijó en 100 microgramos al día (4.000 UI), y para los más pequeños en no más de 50 microgramos al día (2.000 UI).




Suplementos de vitamina D: Omegor D3 gotas


D3 gotas es un suplemento dietético de vitamina D3. D3 gotas contiene 400 UI de vitamina D3 en cada gota y puede utilizarse en todos los casos de mayor necesidad o menor ingesta dietética de vitamina D3, y está indicado especialmente durante el crecimiento.  



Fuentes: J McGrath, et al, "Gestational vitamin D deficiency and autism-related traits: the Generation R Study", Molecular Psychiatry. Khaled Saad et al, "Randomized controlled trial of vitamin D supplementation in children with autism spectrum disorder", Journal of Child Psychology and Psychiatry.