Bebés y niños

Las niñas son más inteligentes si su madre toma aceite de pescado

El omega-3 influye favorablemente en el desarrollo general de los lactantes y, en particular, en el desarrollo de su sistema inmunitario.


Las fórmulas enriquecidas con los omega-3 de cadena larga EPA y DHA producen un aumento de peso comparable o a menudo mayor que las fórmulas sin omega-3, tanto en lactantes prematuros como de peso normal.



También parecen mejorar varios aspectos del desarrollo infantil. Los niños amamantados cuyas madres comen con frecuencia pescado rico en omega-3 o toman suplementos de aceite de pescado rico en omega-3 DHA presentan mejores características psicomotoras que los de las madres que tomaron omega-3 de origen vegetal. 



Hasta la fecha, pocos estudios han examinado los efectos de complementar la dieta de la madre con aceite de pescado durante la lactancia.



La leche humana contiene normalmente ácidos grasos omega-3 en cantidades que dependen del consumo materno de pescado. En consecuencia, esta leche se considera una excelente fuente de omega-3 para el feto. Sin embargo, poco se sabe sobre los efectos de las diferentes cantidades de omega-3 en la leche materna.




4 meses de suplementos de aceite de pescado para madres lactantes - el estudio

A este respecto, la Dra. Lotte Lauritzen y sus colegas de la Real Universidad Agrícola Veterinaria and de Frederiksberg (Dinamarca) estudiaron los efectos de variar el consumo materno de aceite de pescado durante los cuatro primeros meses de lactancia. Los investigadores siguieron diversos aspectos del crecimiento y desarrollo de los niños durante dos años y medio. Los resultados muestran un efecto beneficioso sobre el desarrollo de las capacidades visuales y la presión arterial.



A continuación resumiremos nuestros hallazgos sobre el desarrollo en general, el aprendizaje del lenguaje y la capacidad para resolver problemas. Por último, se hará referencia a la producción de factores del sistema inmunitario.



El estudio considera dos grupos de mujeres en el octavo mes de embarazo. El primero consume menos de 400 mg de omega-3 al día, mientras que el segundo consume más de 820 mg. Obsérvese que el primer grupo consume unas cuatro veces la cantidad media de omega-3 consumida en los países occidentales.



Como era de esperar, al cabo de cuatro meses, los glóbulos rojos de las mujeres que tomaban aceite de pescado eran significativamente más ricos en DHA que al principio del estudio, mientras que en las otras mujeres que tomaban aceite de oliva (placebo), la concentración de omega-3 en las membranas de los glóbulos rojos había disminuido.



Durante el periodo de suplementación, el nivel total de omega-3 en las futuras madres aumentó significativamente. Por otra parte, estos niveles se redujeron tanto en las que sólo consumían aceite de oliva como en las que comían cantidades considerables de pescado. Sin embargo, al cabo de 4 meses, el porcentaje de omega-3 en los glóbulos rojos de las mujeres que consumían aceite de oliva era significativamente menor (9,6%) que en las que comían pescado con frecuencia (12,1%).



En definitiva, los nacidos de mujeres suplementadas con omega-3 tenían niveles de DHA tres veces superiores a los de las mujeres que consumían aceite de oliva y dos veces superiores a los de las mujeres que comían pescado con frecuencia.




Desarrollo importante

Durante el estudio, el peso y la altura de los niños de los distintos grupos no difirieron. Sin embargo, al cabo de 2,5 años, el perímetro cefálico de los nacidos de mujeres que habían consumido aceite de oliva era inferior al de todos los demás.



También a la edad de 2,5 años, el índice de masa corporal, el perímetro de cintura y el porcentaje de grasa total de las mujeres nacidas de mujeres suplementadas con aceite de pescado eran significativamente superiores a los del grupo de aceite de oliva. Todos estos resultados estaban relacionados positivamente con una mayor concentración de DHA en los glóbulos rojos de estas mujeres.



En definitiva, la suplementación con aceite de pescado durante la lactancia produce un aumento del perímetro cefálico, el índice de masa corporal, el perímetro de cintura y el porcentaje total de grasa; estos efectos se observan en niños de tan sólo dos años y medio.




Chicas más inteligentes

En cuanto a la aptitud para resolver problemas, las capacidades de las hembras nacidas de madres suplementadas con aceite de pescado parecen significativamente mejores, pero no ocurre lo mismo con los varones.

Pasemos ahora a los factores del sistema inmunitario. La comparación de sustancias inmunitarias clave a los 2,5 años no reveló diferencias significativas en la producción de IgE plasmática y de interleucina-10 estimulada. La interleucina-10 es un potente inmunosupresor que nos ayuda a combatir las infecciones.




Reducción del riesgo de alergias

La síntesis inducida de interferón-gamma fue significativamente mayor en los nacidos de madres suplementadas con aceite de pescado. El interferón-gamma es un potente antivírico y también tiene acciones inmunomoduladoras y antiproliferativas. Una mayor capacidad para producir interferón-gamma refleja una maduración más rápida del sistema inmunitario. Este hallazgo concuerda con observaciones similares, que otros estudios ya habían puesto de relieve, en lactantes amamantados o alimentados con leche de fórmula suplementada con omega-3.



Los investigadores sugieren que esta rápida maduración del sistema inmunitario puede ser especialmente beneficiosa para reducir la sensibilidad a los alérgenos. Observaciones experimentales independientes sugieren que el omega-3 en el embarazo y durante el primer año de vida puede reducir las molestias respiratorias de los alérgicos.



En definitiva, los resultados de estos estudios añaden información importante sobre los efectos que puede tener la suplementación con omega-3 durante la lactancia. Aunque la información pueda parecer difícil de interpretar, está claro que el omega-3 del aceite de pescado influye favorablemente en el desarrollo general de un bebé sano y en el desarrollo de su sistema inmunitario. 

 

Fuente 

Lauritzen L, Hoppe C, Straarup EM, Michaelsen KF. "Maternal fish oil supplementation in lactation and growth during the first 2.5 years of life". Pediatr Res 2005;58:235-242. 

Lauritzen L, Jørgensen MH, Olsen SF, Straarup EM, Michaelsen KF. "Maternal fish oil supplementation in lactation:effect on developmental outcome in breast-fed infants". Reprod Nutr Dev 2005;45:535-547. 

Lauritzen L, Kjaer TMR, Fruekilde M-B, Michaelsen KF, Frøkiaer H. 'Fish oil supplementation of lactating mothers affects cytokine production in 2½ -year-old children'. Lípidos 2005;40:669-676.