Sistema cardiovascular

Índice de omega-3: el DHA contribuye a su aumento más que el EPA

El DHA aumenta el índice Omega 3 más que el EPA

El DHA contribuye más que el EPA al aumento del Índice Omega-3, un parámetro, útil para evaluar el riesgo cardíaco, que indica el porcentaje de EPA y DHA en las membranas de los glóbulos rojos. En concreto, el aumento del Índice Omega-3 es significativamente mayor tras suplementar con 2,7 gramos diarios de DHA, en comparación con la misma cantidad de EPA.

Esto fue descubierto por investigadores de la Universidad de Quebec (Canadá) y comunicado en las páginas de la revista Prostaglandinas, Leucotrienos and Ácidos Grasos Esenciales.



Índice de omega-3 y riesgo cardiovascular

En los últimos años se han realizado varios estudios para determinar la asociación entre el consumo de ácidos grasos poliinsaturados y el riesgo cardiovascular. Los ácidos grasos omega-3 EPA y DHA son capaces de modular diversos factores de riesgo como la concentración y el tipo de lípidos en sangre, la presión arterial, la inflamación y la agregación plaquetaria y poseen una importante acción antiarrítmica. Los pescados grasos de los mares fríos y los complementos alimenticios de origen marino son las principales fuentes de EPA y DHA. Aunque recientes pruebas experimentales sugieren que el EPA y el DHA pueden ejercer diferentes efectos sobre los lípidos sanguíneos y las moléculas de señalización de la inflamación, dichas pruebas son escasas y la mayoría de los estudios realizados hasta la fecha han evaluado estos efectos utilizando una mezcla de EPA y DHA en diferentes formas y proporciones. Se sabe poco sobre los efectos específicos del EPA y el DHA en los procesos biológicos que afectan a la salud cardiometabólica, es decir, que afectan tanto a las cardiopatías como a las enfermedades metabólicas como la diabetes. La composición en ácidos grasos de las membranas celulares influye en sus propiedades fisicoquímicas y en las funciones de los órganos. Elíndice Omega-3, o índice Omega-3, es la suma de EPA y DHA en las membranas de los glóbulos rojos y se expresa como el porcentaje de estos dos ácidos grasos sobre el total de ácidos grasos presentes en las membranas, pero refleja la composición de los tejidos, incluido el tejido cardiaco. Basándose en la investigación epidemiológica realizada sobre la relación entre el riesgo de muerte súbita cardiaca, es decir, una muerte inesperada por causas cardiacas, y el porcentaje de omega-3 en los glóbulos rojos, los científicos concluyeron que:

  • Se l’Indice Omega-3 è < del 4% c’è una forte probabilità per un individuo di essere colpito da morte cardiaca improvvisa
  • Si el índice Omega-3 se sitúa entre el 4 y el 8%, el riesgo es moderado
  • Si el índice Omega-3 es > 8%, la situación es de bajo riesgo

Un índice muy elevado de Omega-3, es decir, entre el 8 y el 12%, se ha asociado a un menor riesgo de cardiopatía coronaria y mortalidad en estudios epidemiológicos.



Índice de omega-3: mayor aumento con DHA

El objetivo de este estudio era comparar los efectos de dosis elevadas de EPA y DHA sobre el Índice Omega-3, un parámetro modificable mediante la dieta y los suplementos. En efecto, aunque existen pruebas científicas que sugieren que el DHA puede ser más potente que el EPA para modificar el riesgo cardiometabólico, nunca se habían examinado a fondo sus efectos respectivos sobre el Índice Omega-3. De hecho, según los científicos, éste es el primer estudio de este tipo que demuestra que el aumento del Índice Omega-3 es significativamente mayor tras la suplementación con DHA a una dosis de 2,7 gramos al día en comparación con una dosis comparable de EPA.



Detalles de la investigación

Para llegar a estas conclusiones, los científicos analizaron los datos de 154 hombres y mujeres con obesidad abdominal e inflamación, que recibieron un tratamiento con uno de tres suplementos: 2,7 gramos al día de EPA; 2,7 gramos al día de DHA; o 3 gramos al día de aceite de maíz (sin EPA ni DHA) durante 10 semanas. La composición de ácidos grasos de la membrana de los glóbulos rojos y el índice Omega-3 se evaluaron al principio y al final de cada tratamiento. Los resultados del análisis indicaron que el Índice Omega-3 de los participantes que habían recibido DHA había aumentado, por término medio, un 5,6%, frente a un aumento del 3,3% en el caso de los que habían consumido EPA. Basándose en estudios anteriores sobre el metabolismo de los ácidos grasos en hombres y mujeres, los científicos también investigaron las posibles diferencias de género en el aumento del Índice Omega-3, observando un mayor incremento del porcentaje de EPA y DHA en los hombres, en comparación con las mujeres.



Un estudio preliminar abre el camino a nuevas investigaciones

Los suplementos de EPA y DHA se recomiendan para la prevención secundaria de las enfermedades cardiovasculares o el control de los triglicéridos plasmáticos. Aunque un Índice Omega-3 elevado se ha asociado a un menor riesgo de enfermedad cardiovascular y mortalidad, serán necesarias más investigaciones para comparar los efectos de los distintos omega-3 en esta herramienta clínica de gestión del riesgo cardiovascular. "El aumento del Índice Omega-3 es mayor con la adición de altas dosis de DHA que de EPA, y esto concuerda con la mayor capacidad del DHA para modular los factores de riesgo cardiometabólico", señalaron los autores de la investigación. "Sin embargo, es necesario investigar con más estudios en el futuro hasta qué punto las diferencias entre el EPA y el DHA pueden influir en el riesgo cardiovascular a largo plazo", concluyeron. De la misma opinión es Harry Rice, vicepresidente de la Organización para el EPA y el DHA (Goed), quien, al comentar las conclusiones del estudio, afirmó que la investigación canadiense, bien diseñada y realizada, proporciona una base sólida sobre la que pueden diseñarse nuevos estudios, pero aún no es suficiente para incitar a la gente a elegir suplementos diferentes. Hasta que no se determine si las diferencias en el índice de omega-3 afectan al riesgo de resultados cardiovasculares, tal cambio sería prematuro.




Fuente: J. Allaire et al. Supplementation with high-dose docosahexaenoic acid increases the Omega-3 Index more than high-dose eicosapentaenoic acid'. Prostaglandinas, leucotrienos and Ácidos grasos esenciales (PLEFA)'.