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Mejorar el estado de ánimo: con Omega-3 es posible

El consumo de aceite de pescado ayuda a mejorar el estado de ánimo


Se han desvelado los mecanismos por los que los ácidos grasos omega-3 son capaces de modular el estado de ánimo. Los detalles del descubrimiento fueron revelados en la revista Nature Neuroscience, que publicó un estudio realizado en ratones en el que se recreó la situación típica generada por una dieta desequilibrada en ácidos grasos omega-3.

Los autores de la investigación demostraron así que, en ausencia de dosis óptimas de Omega-3, la pérdida completa de la función de ciertas moléculas esenciales para la transmisión del impulso nervioso conduce al desarrollo de síntomas típicos de la depresión. Estos resultados apoyan la utilidad de laingesta de Omega-3 en situaciones de malnutrición que pueden provocar trastornos del estado de ánimo y depresión.


La malnutrición, un fenómeno generalizado incluso entre los "acomodados".


La desnutrición es un fenómeno cada vez más común en los países industrializados, donde está causada por una dieta que, aunque rica en calorías, es deficiente en ciertos nutrientes clave. Entre ellos se encuentran los ácidos grasos Omega-3. En particular, las grasas son indispensables para la formación del sistema nervioso central (SNC), del que son los componentes básicos para el ensamblaje de sus estructuras. En comparación con otros tejidos, los que forman el SNC son ricos en ácidos grasos poliinsaturados también esenciales para su funcionamiento, el ácido araquidónico y elácido docosahexaenoico Om ega-3 (DHA). Pero los precursores de estas moléculas -el ácido linoleico y el ácido alfa-linoleico, respectivamente- no pueden ser sintetizados por el organismo. En consecuencia, es esencial introducir estos nutrientes a través de la dieta para mantener concentraciones suficientemente elevadas de ácidos grasos omega-3 en el cerebro y evitar muchas patologías, entre ellas los trastornos del estado de ánimo y la depresión.


Omega-3 contra la depresión


Los autores del estudio publicado en Nature Neuroscience desarrollaron una dieta específica para imitar en ratones la deficiencia de Omega-3 típica de las dietas pobres en estos ácidos grasos. De este modo, se observó que la reducción de los niveles de Omega-3 conlleva una disminución de las funciones asociadas a una molécula esencial para la transmisión del impulso nervioso, el receptor CB1R.


Resultados innovadores


La hipótesis de los autores es que, a lo largo de la vida, la malnutrición puede afectar al funcionamiento de las sinapsis -los puntos en los que los impulsos nerviosos se transmiten de una neurona a otra- en las zonas del cerebro que controlan el estado de ánimo. Esta sería la primera explicación de los mecanismos subyacentes a la disfunción del comportamiento emocional -incluida la depresión- asociada a los bajos niveles de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 que suelen observarse en las dietas occidentales.