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Microbiota intestinal, los omega-3 mejoran la flora bacteriana en mujeres de mediana edad


En las mujeres, la suplementación con omega-3, especialmente EPA, puede favorecer la diversidad de bacterias que componen la microbiota intestinal, independientemente del consumo de fibra y probióticos. De hecho, un mayor índice de omega-3 parece favorecer el desarrollo de un elevado número de especies bacterianas en el intestino, una condición asociada a varios efectos sobre la salud, como la reducción del riesgo de diabetes, obesidad y afecciones inflamatorias como la colitis o la enfermedad de Crohn. Por tanto, los suplementos de omega-3 podrían representar una estrategia sencilla para mejorar la composición de la flora intestinal. Así lo han descubierto investigadores de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) y se ha publicado en la revista Nature's Scientific Reports en los últimos meses.


Microbiota intestinal y omega-3: un vínculo aún por definir


 

La suplementación dietética con omega-3 puede mejorar la salud humana, especialmente la cardiovascular. Algunos de los mecanismos por los que actúan los ácidos grasos omega-3 están directamente relacionados con sus acciones antiinflamatorias, ya que tanto el EPA como el DHA reducen la síntesis de moléculas que favorecen la inflamación.


Estudios recientes también sugieren un efecto positivo de los omega-3 en la microbiota intestinal. La microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos, principalmente bacterias, que viven en la superficie de la mucosa intestinal y de los que hoy se sabe que influyen activamente en diversos aspectos de la salud humana. La relación entre la microbiota intestinal y su organismo huésped desempeña un papel clave en diversos procesos fisiológicos como la maduración del sistema inmunitario, la digestión de los alimentos, el metabolismo de los fármacos, la desintoxicación, la producción de vitaminas y la prevención de la adhesión de bacterias patógenas y nocivas. 


La composición de la flora intestinal es variable y diversa y está influida por factores ambientales como la dieta, la terapia antibiótica y la exposición ambiental a determinados microorganismos. Los alimentos prebióticos son, por definición, alimentos no digeribles que favorecen específicamente el crecimiento y la actividad de bacterias beneficiosas para la salud que colonizan el tracto gastrointestinal. En este contexto, el papel de los omega-3 en la composición y diversidad de los microorganismos intestinales aún no se conoce bien. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que la suplementación con DHA ayuda a combatir enfermedades orales y gastrointestinales en las que la inflamación y la disbiosis bacteriana desempeñan un papel clave. 


Las investigaciones han revelado que unos niveles elevados de omega-3 aumentan la producción y secreción en el intestino de una molécula, la fosfatasa alcalina intestinal, que induce cambios en la composición bacteriana intestinal, con la consiguiente reducción de la inflamación. Un estudio clínico reciente en una población india también demostró que la suplementación con omega-3 y probióticos tiene un mayor efecto beneficioso sobre la sensibilidad a la insulina, el perfil lipídico y el índice aterogénico que los probióticos solos. 


También se ha descubierto que una dieta rica en omega-3 altera la composición de la microbiota intestinal de los pacientes con diabetes de tipo 2. El término microbiota se confunde a menudo con microbioma, que en cambio se refiere al conjunto de genes de las bacterias que pueblan el intestino y permiten así distinguir las distintas especies bacterianas. También se ha descubierto que una dieta rica en omega-3 altera la composición de la microbiota intestinal de los pacientes con diabetes de tipo 2. El término microbiota se confunde a menudo con microbioma, que se refiere al conjunto de genes de las bacterias que pueblan el intestino y que permiten distinguir las distintas especies bacterianas.



Un alto índice de Omega-3 se asocia a una mayor variedad de especies bacterianas en el intestino


El objetivo del estudio británico era evaluar la asociación del consumo de omega-3 y su nivel en sangre con la diversidad de la composición del microbioma. El equipo de investigadores descubrió que las mujeres que consumían una dieta rica en omega-3 con un alto índice de omega-3 mostraban una mayor diversidad de la composición del microbioma intestinal. 


Esta variedad genética de microorganismos está relacionada con ciertos efectos positivos para la salud, como la reducción del riesgo de diabetes y obesidad y, por supuesto, de enfermedades inflamatorias del propio intestino, como la colitis y la enfermedad de Crohn. Este resultado demuestra que la variabilidad genética de los microorganismos intestinales se ve influida por la ingesta de omega-3, independientemente del consumo de fibra y probióticos, sobre todo en lo que respecta a las bacterias pertenecientes a la familia Lachnospiraceae, un grupo de microorganismos asociados a un bajo nivel de inflamación y un menor riesgo de obesidad. 


Para investigar más a fondo este vínculo, los investigadores examinaron la presencia de ciertas moléculas en las heces de las personas que participaron en el estudio y descubrieron, en aquellas que tenían altos niveles de omega-3 en sangre, una mayor concentración de un compuesto llamado N-carbamilglutamato (NCG), conocido por su capacidad para reducir el estado oxidativo en el intestino de los animales. Dados los efectos beneficiosos del NCG en el intestino de los mamíferos, parte de la explicación de la asociación entre el DHA y la composición del microbioma podría ser que la presencia de DHA promueve la producción de NCG por parte de la flora intestinal. Esto, a su vez, podría mejorar la función intestinal y reducir el estrés oxidativo, provocando así efectos positivos para la salud. 



Algunos detalles del estudio 


Para realizar el estudio, los investigadores analizaron los datos sobre el microbioma, recogidos en un estudio anterior, de 876 mujeres gemelas de mediana edad y los correlacionaron con los niveles sanguíneos de DHA, omega-3 total, omega-6 y otros ácidos grasos circulantes en la sangre. El consumo estimado de alimentos ricos en omega-3 se obtuvo a partir de cuestionarios específicos de frecuencia alimentaria. 


El análisis estadístico mostró que los niveles sanguíneos de omega-3 total y DHA estaban significativamente correlacionados con la variedad del microbioma, en particular este vínculo era evidente entre el DHA y 38 familias de bacterias, incluida la de las Lachnospiraceae.



Los suplementos de omega-3 podrían favorecer el bienestar intestinal



Según los investigadores que realizaron el estudio, estos resultados sugieren la posibilidad de que los suplementos de omega-3, combinados con prebióticos y probióticos, puedan ser una estrategia importante para mejorar la salud del microbioma intestinal. De hecho, los datos sugieren que el efecto de los omega-3, en particular del DHA, es independiente de la ingesta de fibra, aunque su papel beneficioso sobre la función intestinal está bien establecido. 


Estos datos también apoyan la hipótesis de que algunos de los efectos positivos notificados tras el consumo de omega-3 pueden deberse a su efecto sobre el microbioma intestinal. Además, el consumo de ácidos grasos omega-3 tiende a asociarse con un estilo de vida más saludable en general, por lo que algunos de los efectos del DHA sobre el intestino pueden ser indirectos. 


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Fuente: Menni C. et al., 'Omega-3 fatty acids correlate with gut microbiome diversity and production of N-carbamylglutamate in middle aged and elderly women' Scientific reports