Antienvejecimiento

Alzheimer, los mecanismos por los que el DHA contrarresta la enfermedad en las primeras fases

Alzheimer: cómo combate el DHA la enfermedad en sus fases iniciales


Los efectos positivos de los omega-3 en los enfermos de Alzheimer dependen de la fase de progresión de la enfermedad: un tratamiento en las primeras fases garantizaría mejores resultados. En particular, el DHA, según numerosos estudios, actúa a través de procesos diferentes e interactivos y su eficacia depende de los mecanismos por los que ejerce sus efectos neuroprotectores: antiamiloide, antioxidante, antiinflamatorio y reductor del colesterol.

Éstas son las conclusiones a las que ha llegado un grupo de investigadores de la Universidad de Lyon (Francia), que ha evaluado una serie de estudios realizados en los últimos 25 años en células y animales. Los resultados de este trabajo de revisión se publicaron en The Journal of Nutritional Biochemistry.



La enfermedad de Alzheimer: un enemigo generalizado después de los 65 años


La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva e irreversible que afecta comúnmente a la población anciana. Se calcula que afecta a unos 47 millones de personas en todo el mundo; en Italia, a 1 de cada 10 ancianos. La enfermedad se caracteriza por la presencia entre las células cerebrales de depósitos proteicos, denominados placas amiloides, y ovillos intracelulares formados por una proteína llamada tau hiperfosforilada, que provocan la muerte de las neuronas. Además de estos fenómenos neurológicos, cada vez hay más pruebas de que los procesos inflamatorios y el estrés oxidativo intervienen en la progresión de la enfermedad. El síntoma más común y precoz del Alzheimer es la pérdida de memoria, que se asocia a trastornos como dificultad para realizar incluso las actividades cotidianas más sencillas, problemas de lenguaje, desorientación espacial y temporal, y cambios de personalidad y comportamiento.



El DHA y su papel en el deterioro cognitivo


El DHA (ácido docosahexaenoico) es un omega-3 que se encuentra principalmente en los productos del pescado. Aproximadamente el 60% de los ácidos grasos poliinsaturados de las membranas neuronales son DHA. Puede formarse en el organismo a partir de su precursor, el ácido α-linolénico, pero esta síntesis no es muy eficaz en el ser humano. Por lo tanto, la mayor parte del DHA se aporta al organismo a partir de productos pesqueros, especialmente pescado azul, introducidos a través de la dieta. Una vez introducido, el DHA circulante puede atravesar fácilmente la barrera hematoencefálica (una estructura entre la sangre y el cerebro que regula selectivamente el paso de sustancias) y pasar a formar parte del sistema nervioso. 

En general, el DHA tiene varios efectos biológicos: es crucial para el crecimiento y desarrollo del cerebro y las sinapsis y participa en el mantenimiento de la fluidez de las membranas neuronales. Por tanto, el DHA se considera esencial para el funcionamiento del cerebro humano. La disminución de la memoria y la pérdida de la función cognitiva son consecuencias normales del envejecimiento, y se ha demostrado que la edad induce cambios en la composición de los lípidos del cerebro. Además, el envejecimiento normal y las enfermedades neurodegenerativas se caracterizan por un deterioro cognitivo que se correlaciona con una deficiencia de DHA en la sangre y el tejido cerebral. 


Estas deficiencias pueden deberse a un bajo consumo de pescado y/o a la oxidación de los omega-3. Los niveles elevados de DHA en la dieta y en el torrente sanguíneo se han asociado a un menor riesgo de demencia y enfermedad de Alzheimer. En la mayoría de los estudios in vivo, los efectos cognitivos se examinaron en sujetos sin demencia o en individuos con disfunción cognitiva leve. Por lo tanto, los investigadores sugirieron que los omega-3 sólo podrían ser eficaces cuando se consumen antes de la aparición de la enfermedad o en caso de síntomas leves.



El consumo de pescado o DHA en la prevención de la enfermedad de Alzheimer


Al evaluar estudios in vitro y con animales, los investigadores identificaron una serie de efectos neuroprotectores del DHA, que parece actuar sobre distintos mecanismos implicados en la enfermedad. Además de la presencia de placas amiloides, característica clave de la enfermedad de Alzheimer, surgió la relación entre la enfermedad y el colesterol. Sedescubrió que los niveles elevados de colesterol en plasma y en las células cerebrales están asociados a la enfermedad, mientras que en los animales se observó una mayor producción de placas amiloides tras el consumo de grandes cantidades de colesterol


También se ha demostrado que la inflamación inducida por proteínas contribuye activamente a la aparición y progresión de la enfermedad de Alzheimer. Del mismo modo, los efectos antioxidantes en el cerebro son un mecanismo que parece estar implicado en la aparición del Alzheimer, sobre todo con el aumento de la producción de radicales libres y la consiguiente degradación de los lípidos. Por último, se cree que la pérdida de sinapsis y la muerte de neuronas (especialmente en la región límbica y cortical) es uno de los procesos clave responsables de la degeneración asociada al deterioro cognitivo en la enfermedad de Alzheimer. 


Es precisamente sobre estos procesos sobre los que actuaría el DHA: numerosas investigaciones han demostrado la capacidad del DHA para proteger contra el estrés oxidativo que inicia la muerte de las neuronas, del mismo modo que está bien establecida la acción antiinflamatoria del omega 3. Los mecanismos tempranos del Alzheimer son, por tanto, los objetivos del tratamiento, según los científicos que realizaron la revisión. Además del DHA, el daño oxidativo que aparece en las primeras fases de la enfermedad de Alzheimer aumenta la demanda de ciertos micronutrientes, en particular antioxidantes como las vitaminas C y E y compuestos polifenólicos, que podrían ser útiles para reducir el riesgo de progresión de la demencia. En conjunto, la capacidad de contrarrestar la formación de placas amiloides, junto con los efectos antioxidantes, antiinflamatorios y reductores del colesterol del DHA, contribuyen a la acción protectora de este ácido graso. Los efectos son aún más pronunciados en los individuos genéticamente predispuestos, según los estudios sobre las proteínas implicadas en el transporte del colesterol.



Intervención precoz para obtener mejores resultados


Según los autores de la publicación,estos resultados aportan pruebas sólidas de que las capacidades cognitivas con la edad avanzada pueden preservarse con omega-3, lo que respalda el importante papel que el consumo de pescado o de suplementos a base de DHA puede tener en la prevención de la enfermedad de Alzheimer. El DHA puede proteger contra la demencia relacionada con la edad o reducir la progresión del Alzheimer, por lo que, en los próximos años, será importante desarrollar estrategias nutricionales dirigidas a optimizar la naturaleza y la cantidad de lípidos en el cerebro. Entender cómo y por qué cambian los niveles de DHA durante el envejecimiento y el Alzheimer es, por tanto, uno de los objetivos más importantes que hay que alcanzar.




¿Son útiles los suplementos de DHA?


Basándose en estas observaciones, el uso de suplementos con DHA, que se ha convertido en una forma popular y eficaz de garantizar una ingesta adecuada, podría ofrecer una estrategia alternativa para ralentizar la progresión de la demencia y preservar las capacidades cognitivas. A este respecto Omegor Vita DHA 1000 tiene un alto contenido en DHA, que contribuye al mantenimiento de la función cerebral y visual normal. Una cápsula de este producto contiene nada menos que 470 mg de DHA y 100 mg de EPA. 


Fuente: Mounir Belkouch, Mayssa Hachem, Abdeljalil Elgot, Amanda Lo Van, Madeleine Picq, Michel Guichardant,Michel Lagarde, Nathalie Bernoud-Hubac. "Los efectos pleiotrópicos del ácido docosahexaenoico omega-3 sobre los rasgos distintivos de la enfermedad de Alzheimer". Revista de Bioquímica Nutricional.