Alimentación

¿Los omega-3 también ayudan a perder peso?

Adelgazar y mantenerse en forma: la ayuda del aceite de pescado Omega 3


Los ácidos grasos omega-3 de origen marino EPA y DHA son buenos para el corazón, el cerebro, la piel, combaten la inflamación y mucho más.


La investigación añade otra entrada a la lista de beneficios conocidos: ¡el Omega-3 ayuda a perder peso! No se trata de una frase hecha, sino del resultado de varios estudios realizados en ratones de laboratorio y, también en clínica, en seres humanos. Los experimentos con animales permiten reunir gran cantidad de información sobre el efecto de una determinada sustancia a nivel celular, metabólico y genético. 

Puede que los resultados no sean siempre aplicables a los humanos, pero no dejan de ser indicaciones útiles, ya que el funcionamiento de los mamíferos es similar. En este caso, los investigadores analizaron el efecto de añadir aceite de pescado (con una alta concentración de DHA) a una dieta rica en grasas. Los resultados fueron sorprendentes: los ratones tratados con Omega-3 adelgazaron más que los que recibieron la misma comida pero con otro aceite, y este efecto fue aún más pronunciado cuando se combinó con una dieta moderada.    

Además, estos ratones tendían a no recuperar el peso perdido incluso cuando podían volver a comer sin restricciones. Estudios posteriores revelaron una reducción del número de células adiposas y un aumento de la oxidación de las grasas debido a la activación de determinados genes mitocondriales. 

En pocas palabras, es como si el Omega-3 pudiera "hablar" con las células grasas y convencerlas de que quemen energía en lugar de almacenarla en forma de depósitos de grasa. ¿Buenas noticias para quienes buscan remedios naturales contra la obesidad? Parece que sí: un estudio realizado en una clínica sobre un grupo de 27 mujeres obesas sometidas a un régimen hipocalórico arrojó buenos resultados. El grupo al que se administró Omega-3 perdió un 20% más de peso que el grupo de control con placebo al cabo de sólo 3 semanas. 

A partir de los análisis de sangre, los investigadores concluyeron que el mecanismo de acción es probablemente el mismo que el sugerido por el modelo animal, a saber, un aumento de la oxidación de las grasas para generar energía. 

Laobesidad y el sobrepeso son el resultado de un exceso de calorías, pero no sólo eso: lo que comemos tiene un efecto sobre el ADN, y puede estimular la expresión de genes que median en la acumulación de grasa. 

Un enfoque de la pérdida de peso que no tenga en cuenta este factor no puede ser eficaz. En este sentido, los omega-3 podrían utilizarse como ayuda en la pérdida de peso, como parte de una estrategia que aborde las causas del sobrepeso y no se detenga en la mera reducción de calorías, un enfoque que a menudo resulta frustrante tanto para quienes lo proponen como para quienes lo aplican.