30%. Este es el porcentaje de disfunciones cardiovasculares que podrían evitarse simplemente siguiendo una dieta correcta.
No lo decimos sólo nosotros, lo dice la Organización Mundial de la Salud.
Cuando hablamos de enfermedades cardiovasculares, una de las causas más frecuentes de muerte, no debemos olvidar que la nutrición desempeña un papel clave en la prevención.
Primeros estudios: la dieta de los esquimales
Estamos seguros de ello al menos desde los años 70, cuando aparecieron los primeros estudios sobre los hábitos alimentarios y las condiciones de salud de los esquimales inuit que vivían en los hielos de Groenlandia. ¿Qué se observó? Que a pesar de una dieta rica en grasas, la incidencia de
enfermedades del corazón era de las más bajas del mundo. La fuerza de la dieta esquimal residía en la alta
Ingesta de omega-3 en la que son ricos los peces grasos que viven en las aguas heladas de Groenlandia.
Omega-3 un mar de beneficios
Desde la década de 1970, los estudios que confirman los beneficios del Omega-3 son numerosos. Y muchos de los datos se refieren precisamente
el papel de los ácidos grasos para contrarrestar los factores de riesgo cardiovascular, como niveles elevados de triglicéridos, hipertensión arterial y arritmias. Las pruebas no dejan lugar a dudas: los estudios realizados en pacientes que padecen enfermedades cardiovasculares (como arritmias e infarto de miocardio) han demostrado que
La ingesta de ácidos grasos omega-3 reduce la mortalidad entre un 20% y un 45%. ¡Es realmente asombroso! Está al alcance de todos, y no requiere demasiado esfuerzo: para proteger su corazón, necesita una dieta con el equilibrio correcto de Omega-3 y Omega-6. Y donde no entra la dieta, entran los suplementos naturales de ácidos grasos Omega-3 que, combinados con la medicación adecuada y un estilo de vida saludable, pueden marcar realmente la diferencia para su corazón. En esto, los Omega-3 son realmente imbatibles:
son el método más eficaz para prevenir las enfermedades cardiovasculares.