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La degeneración macular asociada a la edad está vinculada a la deficiencia de vitamina D y a variantes genéticas específicas

Degeneración macular asociada a la edad: la deficiencia de vitamina D y la genética son las culpables


En las mujeres, la degeneración macular asociada a la edad, una enfermedad ocular asociada al avance de la edad, afecta más gravemente a las que padecen carencia de vitamina D, y este riesgo aumenta aún más en las genéticamente predispuestas debido a determinadas variantes genéticas.

Así lo revela un estudio publicado en la revista JAMA Ophtalmology por un equipo de investigadores de la Universidad de Buffalo (EE.UU.).



¿Qué es la degeneración macular asociada a la edad?


La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es una enfermedad ocular y está relacionada con el deterioro de la mácula, la zona central de la retina. Este deterioro puede causar una reducción drástica del campo visual. Esta enfermedad es la principal causa de disminución progresiva y pérdida de visión en las personas mayores de los países industrializados; se calcula que cada año se producen 63.000 nuevos casos de DMAE en Italia. Las causas de esta enfermedad son diversas y representan una combinación de factores genéticos y ambientales que contribuyen al envejecimiento de la mácula. Uno de los factores más implicados en la aparición de TME parece ser el daño oxidativo causado por los denominados radicales libres, moléculas especialmente nocivas y agresivas para el organismo. En este sentido, determinadas sustancias como las vitaminas antioxidantes A, C y E y los carotenoides son capaces de proteger la retina frente al daño oxidativo asociado a la edad. Así como los omega-3, ácidos grasos poliinsaturados esenciales para el mantenimiento de las funciones estructurales y funcionales de la retina, parecen contrarrestar la enfermedad.



La vitamina D y dos genes también influyen en la aparición de la enfermedad


En los últimos años, tres grandes estudios, denominados AREDS y AREDS2 y CAREDS, han demostrado que un mayor consumo de nutrientes antioxidantes como las vitaminas C y E, el zinc, el cobre, los betacarotenos y la luteína y la zeaxantina, dos moléculas pertenecientes a la familia de los carotenoides y componentes fundamentales de la mácula, puede reducir significativamente la progresión de la DMAE. Recientemente, se ha planteado la hipótesis de que la carencia de vitamina D también puede aumentar la probabilidad de aparición de la enfermedad ocular. El objetivo de este nuevo estudio era precisamente confirmar y examinar la asociación con la vitamina D y la posible influencia de factores genéticos en esta relación. En el estudio participó un grupo de 913 mujeres que habían tomado parte en el estudio CAREDS. Entre el 10% y el 30% de las participantes presentaban un déficit de vitamina D (concentraciones inferiores a 30 nmol/L) o un nivel subóptimo (concentraciones entre 20 y 50 nmol/L) . 


Concretamente, los investigadores examinaron en cada sujeto la relación entre los niveles séricos de vitamina D, dos formas distintas del gen CFH que se cree que predisponen a la DMAE, y el riesgo de verse afectado por la degeneración macular asociada a la edad. El gen CFH es responsable de la producción de la proteína del mismo nombre; ésta interviene en la respuesta inmunitaria que se desencadena cuando surge la enfermedad Los análisis estadísticos mostraron que las mujeres con concentraciones deficientes o subóptimas tenían 2,6 y 1,5 veces más probabilidades de desarrollar DMAE, respectivamente, y que entre ellas el riesgo era mayor en las que tenían una forma de alto riesgo del gen CFH. Las mujeres con deficiencia de vitamina D y ambas formas alélicas del GFH tenían 6,7 veces más probabilidades de padecer DMAE que las que no estaban genéticamente predispuestas.



Un estudio confirma el papel de la vitamina D en la salud ocular 


Según los investigadores que llevaron a cabo el estudio, estos resultados no sólo confirman que las concentraciones sanguíneas bajas de nutrientes antioxidantes predisponen a la aparición de TME, sino que, en el caso de la vitamina D, las formas genéticas también pueden influir en el riesgo de aparición.


Fuente: Millen AE, Meyers KJ, Liu Z, Engelman CD, Wallace RB, LeBlanc ES, Tinker LF, Lyengar SK, Robinson JG, Sarto GE, Mares JA. Asociación entre el estado de vitamina D and degeneración macular relacionada con la edad por riesgo genético. 2015 JAMA Opthalmol doi: 10.1001/jamaopthalmol.2015.2715