Pérdida de audición en mujeres: el Omega 3 reduce el riesgo de pérdida de audición en un 20%.

Un estudio estadounidense sugiere la eficacia del pescado Omega 3 para prevenir la pérdida de audición en las mujeres. Las pruebas de apoyo no faltan y amplían la posibilidad de reducir el riesgo de pérdida de audición también en los hombres.

En las mujeres, el consumo de dos o más raciones semanales de cualquier tipo de pescado se asoció a una reducción del 20 por ciento del riesgo de pérdida de audición. Y no solo eso, una mayor ingesta de Omega 3, las grasas antiinflamatorias en las que es rico el pescado, también se asocia inversamente con el riesgo de pérdida de audición. Este es el resultado de un estudio realizado en el Brigham and Women's Hospital de Boston (EE.UU.) y publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition.

Pérdida de audición adquirida: un problema común

La pérdida de audición progresiva está muy extendida entre los adultos, y es una afección crónica y a menudo incapacitante. Aunque la pérdida de audición adquirida suele considerarse un aspecto inevitable del envejecimiento, identificar los diversos factores de riesgo potencialmente modificables podría aportar nueva información sobre la posibilidad de prevenir o retrasar su aparición.

Algunas pruebas científicas sugieren que una mayor ingesta de pescado rico en Omega-3 puede estar asociada a un menor riesgo de pérdida de audición. Sin embargo, en el momento en que se realizó el estudio en cuestión, la información al respecto seguía siendo escasa. 

Dos raciones de pescado a la semana reducen el riesgo de sordera

Los autores del análisis publicado en el American Journal of Clinical Nutrition examinaron la asociación entre el riesgo de pérdida de audición y el consumo total de pescado, el consumo de distintos productos de pescado (atún, pescado blanco, pescado azul, marisco) y los niveles de ingesta de ácidos grasos omega-3 de cadena larga en 65.215 enfermeras estadounidenses que participaron entre 1991 y 2009 en el Nurses' Health Study II. La información necesaria se obtuvo rellenando cuestionarios específicos.

Al final de la recopilación de datos se identificaron 11.606 casos de pérdida de audición. En comparación con las mujeres que rara vez consumían pescado, las que comían dos o más raciones de pescado a la semana mostraban un 20 por ciento menos de riesgo de pérdida de audición, independientemente del tipo de pescado elegido. Del mismo modo, una mayor ingesta de Omega 3 se asociaba inversamente con el riesgo de pérdida de audición. 

Estudios complementarios

Anteriormente, otro estudio había asociado el consumo de pescado y Omega 3 con un menor riesgo de pérdida de audición asociada a la edad: una investigación publicada en 2010, también en el American Journal of Clinical Nutrition, por Bamini Gopinath y sus colegas de la Universidad de Sídney (Australia).

Gopinath y sus colegas habían descubierto una relación inversa entre la ingesta de omega-3 de cadena larga (como el ácido eicosapentaenoico - EPA - y el ácido docosahexaenoico - DHA - de la caballa y las anchoas) y la incidencia de la pérdida de audición. En concreto, su análisis demostró que los participantes que comían al menos dos raciones de pescado a la semana tenían un 42% menos de riesgo de pérdida de audición asociada a la edad que los que comían menos de una ración a la semana. 

Gopinath y sus colegas también descubrieron una asociación entre comer al menos 1 y menos de 2 raciones de pescado a la semana y un menor riesgo de empeoramiento de la pérdida de audición. Por el contrario, otro estudio, publicado por Lauren Dillard et al. en el Journal of Speech, Language, and Hearing Research, asociaba la pérdida de audición con un mayor consumo de grasas trans y, en el caso de las mujeres, de grasas saturadas.

Posibles mecanismos de protección

El mecanismo protector subyacente a las asociaciones halladas en estos estudios está probablemente mediado por los efectos positivos de los Omega-3 en la microcirculación sanguínea dentro de la cóclea, un componente del oído interno, y en el suministro local de nutrientes.

Además, una serie de experimentos realizados en modelos animales sugiere que la acción antiinflamatoria ejercida por los Omega 3 puede entrar en juego. En ratones, el envejecimiento se asocia a un aumento de las moléculas inflamatorias que, sin embargo, puede prevenirse tomando suplementos de Omega 3, y la suplementación se asocia a mejoras en los parámetros utilizados para evaluar la audición.

¿Se puede limitar la pérdida de audición con alimentos?

Las pruebas respaldan la hipótesis de que la dieta puede influir en el riesgo de pérdida de audición adquirida, que suele producirse con la edad. En concreto, una mayor ingesta de ácidos grasos omega-3 y un mayor consumo de pescado podrían reducir el riesgo de pérdida de audición. 

Otros estudios confirmarán los beneficios del Omega 3 para la audición. Por el momento, la idea de prevenir la pérdida de audición mediante un enfoque dietético basado en el aumento de la ingesta de Omega 3 es sin duda una estrategia práctica e innovadora.

Referencias bibliográficas:

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