La mujer en la salud

El omega-3 en la gestación protege a los bebés del daño hipóxico-isquémico

Omega 3 en el embarazo: prevención del daño hipóxico-isquémico en el lactante

La ingesta de Omega 3 durante la gestación puede proteger el cerebro de los recién nacidos de los daños hipóxico-isquémicos al contrarrestar la reacción inflamatoria asociada. Así lo sugiere un estudio realizado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (EE UU), publicado en la revista Stroke. La noticia abre nuevas esperanzas para el tratamiento de una lesión para la que actualmente se dispone de pocas soluciones.


Lesión hipóxico-isquémica

La hipoxia es una situación de déficit de oxígeno en un tejido del organismo. Tanto en el feto como en el recién nacido, esta situación puede desencadenar otro fenómeno:la isquemia. La isquemia es la reducción o incluso la interrupción del flujo sanguíneo. En los bebés asfixiados, la hipoxia y la isquemia cerebral van de la mano: sus consecuencias se denominan daño hipóxico-isquémico. Esta situación puede producirse antes, después o durante el parto y afecta cada año a 4-5 millones de niños, que pueden sufrir consecuencias más o menos graves en sus capacidades cognitivas, motoras y conductuales. Entre los riesgos más frecuentes

- retraso mental

- epilepsia

- dificultades de aprendizaje

- discapacidades motoras

Las terapias actualmente disponibles para remediar la lesión hipóxico-isquémica son bastante limitadas.


Omega-3: nuevas esperanzas

Los autores de la investigación publicada en Stroke evaluaron el efecto del Omega-3 sobre los daños asociados a lahipoxia y la isquemia en recién nacidos utilizando ratas como sistema modelo. A partir del segundo día de gestación y hasta 14 días después del nacimiento, los animales fueron alimentados con un pienso suplementado con Omega-3 o con una dieta estándar. Siete días después del nacimiento, los investigadores indujeron daño hipóxico-isquémico en los recién nacidos. Las consecuencias cerebrales del daño se evaluaron durante las 5 semanas siguientes mediante pruebas específicas para determinar las capacidades motoras de los animales. Además, se controló la producción de moléculas implicadas en los procesos inflamatorios y la activación de las células responsables de la respuesta inmunitaria en el cerebro hasta 7 días después de la inducción del daño. Por último, 5 semanas después del daño, se evaluó la pérdida de tejido nervioso. Se puso de manifiesto que la administración de Omega-3 durante la gestación reduce significativamente el daño cerebral y sus consecuencias neurológicas a largo plazo. Además, estos nutrientes ejercen una actividad antiinflamatoria contra las células inmunitarias del cerebro. Experimentos posteriores, realizados directamente sobre estas células cultivadas en el laboratorio, demostraron que los Omega-3 reducen la inflamación al disminuir la actividad de la proteína NF-kB. Esto impide, por consiguiente, la liberación de las moléculas responsables de la inflamación.


De la rata al hombre

Según los autores, los resultados de esta investigación sugieren que los ácidos grasos omega-3 pueden proteger significativamente el cerebro de los lactantes frente al daño hipóxico-isquémico. Su acción se basaría, al menos en parte, en la inhibición de la inflamación mediada por las células del sistema inmunitario en el sistema nervioso central.