La mujer en la salud

Postmenopausia: un estilo de vida saludable ayuda a reducir el riesgo de ictus en más del 50

Después de la menopausia: una alimentación sana reduce en más del 50% el riesgo de ictus


En las mujeres posmenopáusicas, el ictus puede contrarrestarse con un estilo de vida correcto. Seguir una dieta adecuada, reducir el consumo de alcohol, no fumar, realizar actividad física constante y tener un Índice de Masa Corporal inferior a 25 kg/m2 es la combinación para reducir en más de un 50 % el riesgo de ictus isquémico en mujeres de 60 años.

Así se desprende de una investigación realizada en el Karolinska Institutet de Estocolmo (Suecia), en la que se estudió la relación entre distintos elementos de un estilo de vida saludable y la reducción del riesgo de ictus tras la menopausia. Los resultados se publicaron en la revista Neurology.


La hipertensión aumenta el riesgo de ictus


El ictus, una de las principales causas de discapacidad y mortalidad en el mundo, es una lesión cerebrovascular provocada por la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro debido a la obstrucción o rotura de un vaso sanguíneo. En el primer caso hablamos de ictus isquémico (o infarto cerebral), en el segundo de ictus hemorrágico. 

Dado que sus consecuencias suelen ser graves e irreversibles, la prevención primaria reviste gran importancia. La hipertensión es un factor de riesgo de ictus. A su vez, la dieta, el consumo de alcohol, el tabaquismo, la actividad física y la adiposidad pueden alterar la presión arterial e influir así en la probabilidad de sufrir un ictus. Sin embargo, pocos estudios han examinado el efecto de un estilo de vida sano y, por tanto, de bajo riesgo, sobre la incidencia de esta enfermedad.



Una vida sana ayuda a combatir el ictus


En el estudio sueco participaron 31.696 mujeres posmenopáusicas, libres de enfermedades cardiovasculares y cáncer, que se habían unido a un complejo estudio de cohortes, la Cohorte Mamográfica Sueca, rellenando un cuestionario sobre dieta y estilo de vida. Los casos de ictus, 1554 de los cuales 1155 eran infartos cerebrales, 246 ictus hemorrágicos y 153 ictus no especificados, se identificaron a través de un registro nacional. El análisis de correlación de estos datos mostró que la probabilidad de ictus disminuía de forma constante a medida que aumentaba el número de factores que indicaban un estilo de vida de bajo riesgo. 


Los investigadores observaron que la combinación de varios elementos protectores se asociaba a una reducción a la mitad del riesgo de ictus isquémico y del riesgo global de ictus, en comparación con la ausencia de los elementos de un estilo de vida saludable. En concreto, se observó una reducción del riesgo del 9% sólo con la actividad física, del 17% con la ausencia de tabaquismo, y proporciones variables entre estos dos porcentajes con los demás componentes. Las mujeres que cumplían los 5 factores del estilo de vida saludable mostraban un riesgo un 62% menor de verse afectadas por un ictus, en comparación con las mujeres con un estilo de vida poco saludable. Además, un Índice de Masa Corporal inferior a 25 kg/m2 parecía ser el único factor que se correlacionaba con una reducción del ictus hemorrágico.



Un estudio innovador


Según los autores, la investigación confirma lo que ya se había puesto de manifiesto en estudios de población más amplios, como el Nurses' Health Study y el Women's Health Study, enriqueciéndolo con datos precisos sobre el peso y la interacción entre diversos factores de protección. Los datos obtenidos indicarían, siempre según los científicos suecos, que una dieta y un estilo de vida adecuados pueden reducir significativamente el riesgo de infarto cerebral.   



 Fuente: Larsson SC, Akesson A, Wolk A. "Healthy diet and lifestyle and risk of stroke in a prospective cohort of women". Publicado en línea antes de su impresión el 8 de octubre de 2014, doi: 10.1212/WNL.0000000000000954 Neurology, 4 de noviembre de 2014 vol. 83 no. 19 1699-1704