La gestación y el riesgo de alergias para el feto

El riesgo de que un bebé desarrolle alergias se reduce tomando ácidos grasos omega-3 durante el embarazo.

El mecanismo exacto de este fenómeno ha quedado demostrado en una investigación publicada en la revista Journal of Physiology por un grupo de investigadores dirigido por Gaëlle Boudry, del Instituto de Investigación INRA de Rennes (Francia).

Según los autores del estudio, la introducción de alimentos como el pescado, el aceite de nuez y la linaza, todos ellos ricos en Omega-3, en la dieta de las embarazadas altera el desarrollo intestinal del feto.

Y esta alteración permitiría una maduración diferente del sistema inmunitario. El resultado final es que las células inmunitarias del intestino se vuelven más sensibles a la presencia de bacterias y sustancias extrañas, lo que hace que el niño sea menos propenso a desarrollar alergias.

 



Omega-3 y embarazo, una combinación de éxito


Los beneficios de la ingesta de Omega-3 en mujeres embarazadas han sido objeto de estudios científicos desde hace mucho tiempo.

Hasta la fecha, se han notificado beneficios en términos de prolongación del embarazo y maduración del sistema nervioso central del feto. Los beneficios se extenderían incluso más allá de los primeros meses de vida.

De hecho, en la infancia, los niños que consumieron Omega-3 a través de la dieta de su madre durante el embarazo obtienen mejores resultados en las pruebas utilizadas para medir las capacidades mentales.

 



Después de las hipótesis, vienenconfirmaciones


Varios estudios clínicos ya habían señalado una relación entre laingesta de aceites de pescado y frutos secos durante el embarazo y la reducción del riesgo de alergia en los lactantes.

Sin embargo, hasta ahora se desconocían las verdaderas razones de la presencia de esta correlación. La nueva investigación ha aclarado precisamente estas razones. Según los resultados, los ácidos grasos omega-3 hacen más permeable el intestino del niño.

Esta mayor permeabilidad permite que las bacterias y sustancias del intestino atraviesen más fácilmente sus paredes y entren en el torrente sanguíneo.

Una vez en la sangre, las bacterias y moléculas estimulan la respuesta inmunitaria del niño, dando lugar a la producción de anticuerpos. Boudry explicó que lo que ocurre en el intestino permite que el sistema inmunitario se desarrolle y madure más rápidamente. El resultado es una mayor inmunidad y una menor probabilidad de desarrollar alergias.

 



Un modelo válido

La investigación planeaba observar el efecto de la introducción de Omega-3 en la dieta de los lechones.

Ahora la investigación se extenderá también a los humanos, pero como el de los lechones se considera un excelente sistema modelo para el intestino humano, los científicos son optimistas sobre la repetibilidad de los resultados obtenidos.

El siguiente paso será comprobar si el efecto del Omega-3 en la maduración de los intestinos de los lactantes también tiene consecuencias sobre el riesgo de alergia más adelante en la vida del niño.